Ya saben nuestros lectores que no solemos hablar de deportes, y en especial de fútbol, a no ser que en los artículos se recojan de una forma importante otros aspectos que sobrepasen el mero enfoque deportivo. Éste es uno de estos casos.
Incluido dentro de Financial Times Magazine, este artículo que está firmado por su periodista deportivo Murad Ahmed hace un extenso completo recorrido por todos los elementos básicos que hacen del Athletic Club un club tan especial.
Empieza y acaba hablando con Iñaki Williams, el vasco que ha demostrado cómo nuestro país puede cambiar manteniendo sus esencias. Por eso resulta patético leer un comentario al artículo en que afirma que mantener la política de que el equipo lo formen sólo jugadores vascos «huele mucho al nacionalismo étnico». Son varios los comentarios que intentan ser «descalificadores» y que más bien demuestran la frustración de no tener equipos capaces de hacer lo mismo, empeñados en ganar a base de perder el contacto con el lugar donde nacieron. Parece que la capacidad de comprensión de algunos se les ha quedado perdida en algún rincón del congelador.
Merece la pena, y mucho, leer este artículo en que también se recuerdan momentos históricos muy importantes. Como cuando la Real y el Athletic sacaron la ikurriña antes de un derbi justo un año después de la muerte del dictador Franco. La historia la cuenta Jose Ángel Iribar, el portero gipuzkoano del Athletic que es una leyenda viva. Un momento que quedó grabado en la historia de nuestro país y que para Iribar tuvo todo bueno menos el resultado: el Athletic perdió ante la Real.
Desde nuestro punto de vista, el valor de un artículo como éste para la imagen del conjunto del país es muy grande. La razón es que, después de todo, no se habla de fútbol. Se habla de otra cosa. Se habla de la forma de ser de una sociedad. Algo que también pasa cuando, por ejemplo, se escribe de la Sociedad Deportiva Eibar.
Como decimos, el artículo empieza hablando de Iñaki Willians y acaba con unas palabras de Iñaki Willians. Empieza comentando cómo este vasco de piel negra ( pero ¿es negro? Vaya, no nos habíamos dado cuenta), y acaba con una explicación de lo que significa para él jugar en este equipo vasco.
The mantra that the club is of the Basque people, by the Basque people, for the Basque people is an alluring one. It convinces players that football is more than a game. It leads to the likes of Williams rejecting the allure of wealthier sides. Instead, he seeks glory for the region that accepted his parents, to the club that developed his talent and to teammates he sees as kin.
“At the end of my career I want to be a legend like Iribar,” he says. “I think that all of us who are here feel like part of something. We feel that it reaches us in an important sense, and no one looks down on anyone else. This is a family. I think the fans realise that this is a family, because we fight together as brothers.”
(El mantra de que el club es «del Pueblo vasco, por el Pueblo vasco, para el Pueblo vasco», es atractivo. Convence a los jugadores de que el fútbol es más que un juego. Lleva a personas como Williams a rechazar el atractivo de los equipos más ricos. En cambio, busca la gloria para la región que aceptó a sus padres, para el club que desarrolló su talento y para los compañeros de equipo que ve como parientes.
“Al final de mi carrera quiero ser una leyenda como Iribar”, dice. “Creo que todos los que estamos aquí nos sentimos parte de algo. Sentimos que nos alcanza en un sentido importante, y nadie menosprecia a nadie más. Esta es una familia. Creo que los fans se dan cuenta de que se trata de una familia, porque luchamos juntos como hermanos”.)
(Nota: para leer Financial Times es necesario estar registrado, es gratuito)
Financial Times – 15/11/2019 – Gran Bretaña
Inside Athletic Bilbao: the football club playing by its own rules
January 2019. Athletic Club, a football team based in Bilbao, are playing Sevilla. Receiving the ball in his own half, forward Iñaki Williams flicks it around an opponent and then — whoosh — he runs. Sevilla defenders give chase but can’t catch the 25-year-old, who sprints 70 metres in less than eight seconds. Williams shoots. He scores. The match is won. More than 40,000 Athletic fans in the stadium go wild.
(Sigue)
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