Como contábamos el pasado mes de julio, el músico vasco de Idaho, Dan Ansotegui, va recibir el National Heritage Fellowship 2019. Un reconocimiento que entrega a los artistas tradicionales de los USA el Fondo Nacional de las Artes del gobierno de aquel país.
Dan Ansotegui se un así al grupo de vascos que, desde su instauración en 1982, han recibido este reconocimiento. Se une a la lista formada por el acordeonista vasco de Idaho, Jimmy Jausoro, y por los bertsolaris Jesus Arriada, Johnny Curutchet, Martin Goicoechea, y Jesus Goni de California y Wyoming. Una lista que, estamos seguros, aun no está cerrada.
Mañana, día 20 de septiembre, se entregan estos premios en Washington DC a las 20:00 hora local (2:00 de la madrugada del día 21 hora de Euzkadi). La entrega de premios se retransmitirá en directo y se podrá ver aquí:
Retransmisión en directo de la entrega de los reconocimientos
El Fondo Nacional de las Artes ha ampliado la ficha de Dan Ansotegui de la web del premio, con un video y un podcast:
Dan Ansotegui (vídeo)
Dan Ansotegui (podcast)
2019 National Heritage Fellow Basque musician and tradition bearer
2019 National Heritage Fellow Basque musician, teacher and restauranteur Dan Ansotegui brings his passion for the Basque culture into everything he does. But he also sees culture as a breathing entity—not something set in amber. The roots of the tree may come from the Basque Region, but those leaves are growing in Boise, Idaho. Ansotegui is a great talker. In this podcast, learn about Basque music, dancing, and food (he does it all!) and the deep social connections these traditions give a community.
Amaia Gabantxo es una mujer bermeana (igual que Leire Madariaga, nuestra responsable de la edición en euskera del blog). Eso casi tendría que valer como definición absoluta. Pero es bueno resaltar que además es traductora entre el inglés y el euskera (en ambas direcciones), profesora en USA, cantante de flamenco, artista… y muchas cosas más. Hemos hablado de ella en numerosas ocasiones y podríamos haber hablado de ella, y su actividad de difusión de la cultura vasca en el mundo, en muchas más ocasiones.
Una de esa ocasiones en las que «no llegamos» fue cuando, en la primavera de 2019, Amaia colaboró con la artista Jenny Holzer en la retrospectiva de la carrera de este último realizada en el Bilbao Guggenheim. Una idea que, más tarde le dijo Holzer, había estado gestando en la mente del artista durante más de veinte años: proyectar poesía vasca en el idioma original y traducido al inglés en la fachada del Museo Guggenheim de Bilbao.
Ahora podemos compensar esa ausencia gracias a este extraordinario artículo que publica Izidora Angel en la web el Proyecto Plume, que nos ofrece un perfil de Amaia Gabantxo, lleno de detalles humanos y reflexiones sobre su trabajo y los ejes que lo guían.
Es muy difícil entender y explicar lo que significa para los vascos que su lengua siga ocupando un lugar en el mundo. Y que este lugar esté cada día más asentado, alcanzando hitos que, en sus mentes entregadas y rendidas, los agoreros que anunciaban su muerte a finales del XIX nunca habrían ni imaginado.
Es muy difícil de explicar, pero también es muy fácil si se habla desde la experiencia y el corazón. Como hizo la ama de Gabantxo el día que vio el montaje de Holzer:
«No puedes ni imaginar lo que esto significa para mi generación, ver el euskera proyectado, después de todo lo que pasamos durante el dictadura, cuando estaba prohibido usarlo, hablarlo, escribirlo“.
Amaia es uno de esos muchos engranajes claves, responsables de que nuestro idioma avance. Lo hace desde la universalidad, el respeto, el conocimiento, la inteligencia y un doble convencimiento: no existe lengua más importante en el mundo que el euskera, pero tampoco existe una lengua que lo sea menos.
Es decir, todo lo contrario a los que decidieron que el euskera tenía que desaparecer, porque no era útil, no era digno, y no era capaz de ser un idioma de «modernidad». Gracias a muchas y muchos «gabantxos» hay sabemos que eso es falso.
Eskerrik asko.
Proyecto Plume – 12/9/2019 – USA
Amaia Gabantxo: Word Warrior
With over two dozen literary translations in print, Amaia Gabantxo is the first and most prolific translator of Basque literature into English. Her immense literary contributions have been awarded with multiple accolades including the Etxepare-Laboral Kutxa Prize for Basque literature. In English, her book-length translations include Twist by Harkaitz Cano (Archipelago, 2018), A Glass Eye by Miren Agur Meabe (Parthian, 2019) and Unai Elorriaga‘s new novel, Last Year’s Bones (Archipelago, 2020). In this intimate profile by fellow translator Izidora Angel for Project Plume, Gabantxo discusses her artistic journey towards re-empowering the ancient, mysterious and still-vulnerable Basque tongue, and her mission to translate more Basque women writers.
Stephane Dujarric, que es el portavoz del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha explicado en rueda de prensa que la ONU se ha dado cuenta el fin de semana de que su sitio web de administración de regalos atribuía incorrectamente desde hace “dos o tres años” la autoría de la masacre de Guernica a la República de España, “un error horroroso”.
Resulta que a la salida del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas Un enorme tapiz que reproduce el “Guernica” en tamaño natural -3,5 metros de altura por casi ocho metros de largo-. Es un préstamo a la ONU de la familia Rockefeller que fue encargada por Rockefeller en 1955 al maestro J. de la Baume-Durrbach.
Este tapiz que es uno de los autorizados personalmente por Picasso, se colocó el 13 de septiembre de 1985 en una ceremonia en la que fue descubierto por el entonces secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar. El objetivo es que sirviera de recordatorio de las atrocidades de los conflictos bélicos en una organización que tiene como misión principal “preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra”, según el preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas.
Es frente a este tapiz que muchas veces los embajadores o diplomáticos de los países miembro de la ONU se dirigen a la prensa. Aunque también ha sido testigo de las miserias de la política internacional: ha sido “tapado” en diferentes ocasiones para no convertirse en un fondo incómodo para los representantes institucionales responsables del inicio de terribles guerras y conflictos.
Como podemos ver en la transcripción de la rueda de prensa ofrecida por este portavoz el día 16 de septiembre, la ONU se ha disculpado por el error y ha puesto en “mantenimiento” esta página web hasta que se corrija el error.
Los medios de comunicación están dando una amplia cobertura a este error y a su corrección. Y es en sus informaciones donde se pueden detectar dos graves «errores de concepto».
El primero de ellos nace de las propias declaraciones del representante de la ONU, que, refiriéndose al bombardeo de Gernika, afirma «We know full well that the Republicans were the victims, not the perpetrators.» (Sabemos muy bien que los republicanos fueron las víctimas, no los perpetradores).
No. las víctimas de aquel bombardero y de toda la guerra no fueron «los republicanos». Las víctimas fueron las personas que estaban en Gernika aquel día. Sin distinciones de creencias políticas. En esa guerra no se puede hacer distinciones entre víctimas de un bando y de otro. Sólo hay unas víctimas, todas las que murieron como consecuencia de la insurrección militar protagonizada por los enemigos de la Democracia y un gobierno legal y legítimo. Algo que nunca fue el que duró 40 años, que a pesar de tener asiento en la ONU, era un gobierno ilegal, inmoral y asesino.
El segundo «error de bulto» parece que nace del responsable de la redacción de la información por parte de AFP. No se le ocurre otra cos que llamar «nacionalistas» a los insurrectos. Este error en en la denominación de los sublevados se ha repetido en los medios de todo el mundo, que han usado como base para recoger esta noticia, la información de AFP.
No. Los insurrectos no eran «nacionalistas», ni tampoco «nacionales».El nombre que les corresponde es el que usa, por ejemplo, el periodista George L.Steer en sus crónicas: Rebeldes. También podríamos usar, delincuentes, perjuros, insurrectos o cualquier sinónimo de estos. Pero nunca el de «nacionales« que es como se autodenominaron para intentar blanquear su perfil de delincuentes.
El problema del uso del término «nacionales» para definirlos, se incrementa cuando se escribe en inglés ya que el termino que se usa en ese idioma como traducción de «nacionales» es el de «nacionalist». El mismo término que se usa para definir a los movimientos politicos que en Euzkadi, Catalunya o Galiza luchaban por la soberanía de esas naciones, pero que en el conflicto de 1936 se alinearon con la República y se enfrentaron a los sublevados defendiendo a Libertad y la Democracia.
Este error se convierte en un absurdo cuando la noticia se traduce al castellano ya que el término que se usa en las versiones traducidas a esta lengua no es «nacionales» (la que se correspondería), sino «nacionalistas» con lo que el error se multiplica.
Al final, un lector de cualquier rincón del mundo, después de leer estas noticias que usan estos términos incorrectos, puede acabar pensando que el Lehendakari Aguirre, fue el responsable de pedir que se bombardeara Gernika.
Por suerte hay medios que han sustituido el termino «nacionalist» por «Francisco Franco», lo que da una perspectiva mucho mas ajustada a lo ocurrido.
AFP – 16/9/2019 – Francia
La ONU corrige “un error horroroso”: los republicanos fueron víctimas en Guernica, y no culpables
La ONU pidió disculpas al gobierno y al pueblo de España este lunes al admitir “un error horroroso” en uno de sus sitios web, que señalaba a los republicanos como los autores de la masacre de Guernica, la ciudad del País Vasco arrasada por la aviación nazi y la Italia fascista a pedido de los nacionalistas durante la Guerra Civil española (1936-39).
UN apologizes to Spain for mischaracterizing bombing that inspired famous Picasso painting
The United Nations apologized Monday for mischaracterizing Pablo Picasso’s famous anti-war painting “Guernica” in a tapestry reproduction on its website. The large oil painting – on display in Spain’s Museo Reina Sofia – depicts the violence and chaos following the devastating April 26, 1937 bombing of the Basque town of Guernica at the hands of Nazi Germany and Fascist Italy.
El diario canadiense The Star (The Toronto Star) es el periódico de mayor difusión de aquel país con una tirada que supera los 400.000 ejemplares. Este diario está publicando una serie de artículos bajo el título general «Undeniable¦Canada’s change climate» (Indudable¦el cambio climático de Canadá) donde se analiza como «En cada provincia, en cada territorio, en cientos de pueblos y ciudades, en las Primeras Naciones y las comunidades inuit, el cambio climático en Canadá es una realidad».
En esa serie de artículos han dedicado uno en concreto a analizar cómo estas alteraciones están afectando a Red Bay declarado como «Canadian Historic Site» por el Gobierno de aquel país y «Patrimonio de la Humanidad» por la UNESCO. La razón de ello es la huella que la presencia de los balleneros vascos han dejado en aquel lugar del mundo. Un patrimonio de incalculable valor histórico que la investigadora Selma Barkham dio a conocer al mundo.
Es cierto que el artículo habla también de otros lugares históricos situados en la costa de Canadá. Pero está claro que el núcleo del trabajo periodístico se centra en este lugar tan importante para la historia de los vascos y de Canadá.
Se trata de un magnífico reportaje de Katie Daubs en el que se puede entender tanto la importancia de la presencia vasca en aquel rincón del mundo, como la importancia de la herencia que ha quedado y el riesgo en que se encuentra por las consecuencias del cambio climático.
No podemos menos que hacer una puntualización al artículo. En el se cuenta como la supervisora del sitio de Parks Canada, Cindy Gibbons, relata que «cuando era una niña, había pedazos de roca roja en todas partes, ideales para hacer pintura y afilar cuchillos. Nadie sabía que era teja española». No era «teja española» era «teja vasca». aunque sea sólo por la evidencia de que los balleneros vascos que llegabas a esas costas eran tanto de la costa del País Vasco peninsular (de Bizkaia y Gipuzkoa), como del País Vasco continental (de Lapurdi). Y estos últimos, nunca fueron, ni administrativamente, «españoles». Unas tejas que, por cierto, tienen un significado tan importante para los vascos.
Nos ha parecido un artículo muy adecuado para obtener una información básica de esta parte tan importante de la historia de los vascos.
The Star – 27/6/2019 – Canadá
SWEPT AWAY
… Hundreds of years before Blanche Bridle and her husband raised their children here, Red Bay was a noisier, smokier place. In the 16th century, hundreds of men took over the rocky landscape every spring, hunting whales that made their seasonal migrations through the Strait of Belle Isle. They harpooned them from small chalupas and built work stations along usable shoreline, including Saddle Island, a rocky outcrop of land between Red Bay and the open water…
En este blog hemos citado en muchas ocasiones al Center for Basque Studies de la University of Nevada, Reno. Para un país pequeño como el nuestro, poder contar con centros de estudio y difusión de la realidad vasca como éste, es una ventaja y una oportunidad extraordinaria. Su producción científica y su capacidad de difundir lo que es nuestra nación y su cultura es clave.
Hoy volvemos a hablar de ellos porque hemos descubierto que en la web Academia.edu está disponible un libro de gran interés sobre la historia de nuestro país desde el siglo XVIII a la actualidad (está editado en 2003). El libro es Modern Basque History: Eighteenth Century to the Present, y está escrito por Cameron Watson un inglés que se licenció en Historia en la Universidad del Ulster, y se doctoró y ejerció como profesor del Center for Basque Studies de la Universidad de Nevada. Sólo existe, que nosotros sepamos, versión en inglés.
El libro nos ofrece una visión integral de nuestra Nación, presentando una «fotografía de situación» del País a finales del Antiguo Régimen e iniciando el relato con la Revolución francesa. Un acontecimiento histórico de una importancia radical para la historia de Europa, que tuvo unas profundas y trágicas consecuencias para los habitantes de la parte de nuestro país bajo administración francesa. Unas consecuencias que han marcado, y marcan, el devenir de los territorios vascos continentales hasta nuestros días
Tenemos que reconocer que hay un término en el índice que nos ha resultado chocante. Nos referimos al uso del término «invention» para referirse a la aparición del movimiento nacionalista vasco. No sabemos si se usaría ese mismo término para definir la creación de la idea de los USA, o para la unificación de Italia. Como luego queda, eso pensamos nosotros, bien definido en el texto, Sabino Arana no “inventa nada”. Lo que hizo fue articular un discurso para definir con claridad, en el nuevo contexto de los estados-nación que se había definido en el siglo XIX, las razones por la que los vascos tenían, y tienen, derecho a estructurarse como un Estado. Si hay un invento peninsular en ese campo, es el del la “Nación española”. Un concepto creado en 1812 por unas Cortes, las de Cádiz, que no representaban a casi nadie y que además tomaban decisiones sobre asuntos que no le competían.
En todo caso tener textos como este para poder difundir una visión global y centrada en nuestra realidad nacional de la historia de nuestro país, es fundamental. Más aún en inglés. Creemos que es un libro que puede ayudar a que las personas que muestran interés por conocer la realidad de nuestro país, tengan una visión general de lo ocurrido en neustra patria en una etapa clave de neustra historia, donde se concentran muchos de los acontecimientos que han definido la realidad de nuestros dias.
Además de compartir el enlace al lugar donde está disponible el libro en formato PDF, e incluir el mismo, reproducimos los primeros párrafos de la introducción, que es toda una «declaración de principios».
Modernity — that indefinable ideology associated with the rational organizing principle of nation-states and the rise of the democratic, technologicalWest — bequeathed European history a legacy of thinking that the historical “meaning of civilization” was intimately connected to the fortunes of the great powers, from ancient Greece to the British Empire Yet beneath the surface of this idea lies another story — at the same time just as interesting and often even more dramatic than its traditionally more esteemed parallel. This is what has come to be known as a “local” story, part of a burgeoning trend of other histories that seek to strengthen that most human of desires — the desire to belong to a collective past predating the cultural homogenization implied by globalization. Today, amid this blurring of international cultural, economic, and political boundaries, people are increasingly turning to local culture as a means of defining their group identity. I would advocate that the fortunes of the Basque Country (or Euskal Herria as it is termed in Basque ), an ancient, small country tucked away in a corner of western Europe, offer historians just as much insight into the meaning of modern European history as the more widely known events of the large European states.Modern Basque history is replete with all the drama of the modern period, beginning with the French Revolution and its effects on Basque society and traversing the industrial and urban changes of the nineteenth century through to the twentieth-century phenomena of war and totalitarianism. I would similarly argue that the Basque historical experience — especially the seemingly illogical survival of the Basque language and its associated cultural forms — offers those of us from historically more powerful cultural backgrounds an important lesson in comprehending the tenacity of smaller cultures within our globalizing world. In the following chapters, I will attempt to tell the story of the modern Basque Country while at the same time raising more general questions about the nature of history itself and the meaning of Europe, as well as issues such as how and why historical change takes place and the myriad ways in which culture drives history. (La modernidad, esa ideología indefinible asociada con el principio organizador racional de los Estados-nación y el surgimiento del Occidente democrático y tecnológico, legó a la historia europea un legado de pensar que el histórico “significado de la civilización” estaba íntimamente conectado con la fortuna de las grandes potencias, desde la antigua Grecia hasta el Imperio Británico Sin embargo, bajo la superficie de esta idea se encuentra otra historia, al mismo tiempo tan interesante y a menudo incluso más dramática que su paralelo tradicionalmente más estimado. Esto es lo que se conoce como una historia “local”, parte de una tendencia creciente de otras historias que buscan fortalecer los deseos más humanos: el deseo de pertenecer a un pasado colectivo anterior a la homogeneización cultural que implica la globalización. Hoy, en medio de esta confusión de las fronteras culturales, económicas y políticas internacionales, las personas recurren cada vez más a la cultura local como un medio para definir su identidad grupal. Yo propugnaría que la riqueza del País Vasco (o Euskal Herria como se le llama en vasco), un antiguo y pequeño país escondido en un rincón de Europa occidental, es que ofrezca a los historiadores tanto conocimiento del significado de la historia europea moderna, como de los eventos más conocidos de los grandes estados europeos. La historia vasca moderna está repleta de todo el drama del período moderno, comenzando con la Revolución Francesa y sus efectos en la sociedad vasca y atravesando los cambios industriales y urbanos del siglo XIX hasta los fenómenos de guerra y totalitarismo del siglo XX. De manera similar, argumentaría que la experiencia histórica vasca, especialmente la supervivencia aparentemente ilógica de la lengua vasca y sus formas culturales asociadas, nos ofrece a aquellos de nosotros con antecedentes culturales históricamente más poderosos una lección importante para comprender la tenacidad de las culturas más pequeñas dentro de nuestro mundo globalizado. En los siguientes capítulos, intentaré contar la historia del País Vasco moderno y al mismo tiempo plantear preguntas más generales sobre la naturaleza de la historia misma y el significado de Europa, así como cuestiones sobre cómo y por qué tiene lugar el cambio histórico y las innumerables formas en que la cultura impulsa la historia.)
Academia.edu
Modern Basque History: Eighteenth Century to the Present
This book outlines the evolution of Basque society during the modern period. It traces the interrelated histories of the Basque Country, France, Spain and Europe following significant themes such as industrialization, migration, and political violence. It focuses on the survival of a specifically Basque identity amid the tremendous social, economic, political and cultural transformations of the last two hundred years. Cameron Watson contends that there are general lessons to be learned from Basque historical experience, beyond the specific story of this small land in a corner of western Europe. By addressing the topic from a principally cultural focus, he highlights the paradoxical survival of a premodern culture in the modern age and the lessons this serves for Europe’s postmodern future.
Hace unas semanas dedicamos un amplio artículo a la gran gesta vasca en la Amazonía peruana. No es una gesta de conquista o descubrimiento, sino de servicio, compromiso y entrega. Es la historia de los 106 años de presencia de los Pasionistas vascos en la selva del Perú.
Hoy recogemos una entrevista a Jesús María Aristín, el obispo responsable del Vicariato de Yurimaguas. Una entrevista incluida dentro de el homenaje que realizamos a los Padres Pasionistas vascos en la selva del Perú con motivo del primer aniversario del fallecimiento del también obispo pasionista de Yurimaguas, Miguel Irizar, y que se ha gestionado a través de Limako Arantzazu Euzko Etxea.
Las primera cosa que hay que tener en cuenta es que Yurimaguas es un obispado misionero que desde su creación en 1921 ha tenido siempre un obispo Pasionista y vasco:
Atanasio Celestino Jáuregui y Goiri, C.P. (1921 – 30 agosto 1957)
Gregorio Elias Olazar Muruaga, C.P. (31 agosto 1957 – 25 marzo 1972)
Miguel Irizar Campos, C.P. (25 marzo 1972 – 6 agosto 1989)
José Luis Astigarraga Lizarralde, C.P. (26 novembre 1991 – 17 dicembre 2016)
Jesús María Aristín Seco, C.P., desde el 17 dicembre 2016.
La hemos emitido hoy en el espacio que cada lunes dedica el programa Atsalde pasa de Onda Vasca a nuestro blog. Y se ha transmitido al día siguiente de la segunda edición del Día de la Diáspora, en la que se recuerda a todos los vascos que a lo largo de siglos han salido fuera de su Patria. Este año, las misioneras y misioneros han tenido un papel protagonista. Si la Diáspora vasca nunca ha sido recordada y atendida por la sociedad de nuestro país como por derecho se merece, las personas que han salido a misiones están el el grupo de los más olvidados o invisibilizados.
Realizar esta entrevista ha sido una gran experiencia, y para nosotros, como siempre lo decimos, es devolver parte de una deuda que como sociedad y de forma personal sentimos que tenemos con esta congregación y como todas las misioneras y misioneros vascos que han llevado lo mejor de nuestra Patria por el mundo.
Recomendamos escucharla. Nos ayudara a entender muchas cosas del presente y a descubrir las grandes cosas que un puñado de vascos hicieron en aquellas tierras. empeñados en crear un mundo mejor habitado por personas libres de las cadenas de la miseria y dotadas de dignidad.
Solo nos queda agradecer a monseñor Aristín su amabilidad y su paciencia. Esperamos poder recorrer algún día ese camino de los pasionistas vascos que une el puerto de Callao con Yurimaguas, a través del desierto, de los Andes y la selva. Un camino de sacrificio y esperanza que aun hoy es una aventura.
Su invitación final es algo a recibir con enorme interés. No se nos ocurre mejor “año sabático” para jóvenes vascos que hayan acabado su formación que ir allí a descubrir otro mundo donde sus conocimientos son una bendición y donde poner en práctica lo que han aprendido. Seguro que será el año en que más útiles se van a sentir.
Fotografía: Hermandad de Nuestra Señora de Aranzazu de Lima
Bizkaia Talent tiene la extraordinaria capacidad de seguir sorprendiéndonos. Si revisamos las referencias que hemos ido recogiendo sobre sus apariciones en diferentes medios internacionales, veremos que han sido capaces de atraer el interés de relevantes medios de comunicación, que han hablado de ellos desde algunos de sus espacios de mayor prestigio.
Pero esta vez, tenemos que reconocerlo, se han superado al obtener el espacio central en una «página 3» en el Daily News, el diario en inglés más importante de China.
La periodista Bo Leung describe, desde Londres, la actividad que se está haciendo desde el País Vasco para recuperar el talento «perdido» durante los años de la crisis, así como para demostrar las ventajas que puede tener ser reclutados por empresas vascas.
Se trata de un éxito de comunicación y de proyección de imagen que puede ser calificado como sobresaliente, sobre todo teniendo en cuenta el perfil de los lectores de este diario. Por ejemplo, no se puede dudar de que este artículo ha sido leído por los responsables de las distintas representaciones diplomáticas presentes en Pekin. Además, un tercio de sus 200.000 ejemplares de tirada se distribuyen fuera del país. En definitiva, esta noticia, por el medio y por su ubicación, ha sido leída y analizada por personas que responsables de la toma de importantes decisiones políticas y empresariales, que se estarán interesando más por este «rincón de Europa»
Entendemos que es una «muletilla periodística», pero nos ha llamado la atención el uso del término «is the latest corner of Europe ready to seize on Brexit (es el último rincón de Europa listo para aprovechar el Brexit)» para referirse a esta esfuerzo. Esta labor no se realiza desde un “rincón de Europa” ni en lo histórico, ni en lo cultural, ni en lo económico. Se realiza desde el País Vasco una de las euro-regiones punteras en todos los indicadores clave.
Pero es que, además, esta labor de recuperación de talento se está realizando por parte de Bizkaia Talent desde hace años, y cada vez mejores resultados, no sólo en Gran Bretaña, sino en todos los lugares donde la presencia de técnicos vascos es significativa. Y se inició mucho antes de que los británicos hayan decidido, ellos solos, darse un «tiro en el pie» en el referéndum de salida de la Unión Europea.
En el articulo se haba con varias personas que han vuelto a Euskadi desde Gran Bretaña, y con Asier Alea, responsable de promoción exterior de la Diputación Foral de Bizkaia, y con Ivan Jiménez el director gerente de Bizkaia Talent.
Tenemos las condiciones adecuadas para que nuestra gentes vuelva y para que nuestro país sea atractivo para personas de alto nivel de formación técnica. Puede que sólo falte que los empresarios se lo tomen más en serio y se decidan a pagar a estas personas por lo que valen, y por lo que aportan. No hay empresas competitivas, no hay futuro, sin profesionales formados y capaces.
Necesitamos comprometernos todos, (instituciones, agentes sociales, agentes empresariales y universidades) en la innovación, la formación y la búsqueda del liderazgo de nuestro país en sectores claves y de futuro. «Sólo» nos estamos jugando nuestra continuidad como país y como sociedad desarrollada.
Daily News – 28/8/2019 – China
Spain’s Basque region entices professionals in Brexit Britain
Spain’s Basque Country is the latest corner of Europe ready to seize on Brexit with hopes of luring back skilled Spanish nationals as well as British professionals when the United Kingdom leaves the European Union. With its economy bouncing back from a long recession, the autonomous region of Northern Spain wants to entice workers with perks such as income tax rebates of up to 35 percent for skilled professionals who relocate to the region.
El gudari José Moreno ha fallecido con 100 años. Lo hemos leído en Deia. La naturaleza de las cosas nos indicaba desde hace tiempo que nos tendríamos que enfrentar a esta noticia, pero no por ello hemos dejado de sentir el corazón en un puño y un enorme sentimiento de pérdida.
Para muchos de nosotros, en estos últimos años, su presencia, sus guía, su criterio y sobre todo su valentía y patriotismo, nos conectaba con la generación a la que pertenecía y que, por desgracia ya nos abandona para siempre. Verle, oírle, saber que este gudari de Deusto, de Portugalete, del PNV, de la SOLI, demócrata, patriota, con las ideas muy claras… estaba ahí, nos hacía sentir que nuestros aitites, nuestras amamas, seguían con nosotros.
Él fue, durante muchos años, el «aitite» de muchos vascos que habían perdido al suyo. Leer las opiniones y las reflexiones de este patriota, de este gudari, de este vasco intachable, nos servía para recordar qué nos diría el nuestro, que para muchos de nosotros ya había partido a la Casa del Padre.
Hoy, estamos seguros, muchos vascos nos sentimos más huérfanos, más solos. Uno a uno, una a una, se van nuestras referencias. Las personas que «lo dieron todo por la libertad amada» como escribía Lauaxeta en su poema. Él, un gudari que con 17 años formó parte de la primera linea de defensa de la Democracia y la Libertad contra los totalitarismos, tuvo que soportar la derrota y 40 años de noche y tinieblas. Por suerte para nosotros él no murió en la flor de la juventud devorado por el monstruo del fascismo, porque fue uno de aquellos que conservaron la auténtica antorcha de la Libertad y de la Patria. A él, a ellas y ellos, les debemos que nuestra Nación siga viva.
Hoy José Moreno ha entrado en la Casa del Padre, pero también en la Tierra de los Héroes. Él, ellas y ellos, nos han dejado un legado de valor incalculable, el del compromiso y el amor a la Patria. Ojalá no dilapidemos esa herencia y no hagamos que, con nuestra mediocridad, su sacrificio haya sido en vano.
Gudari Moreno, hasta que volvamos a vernos, que Dios te tenga en la palma de Su mano.
Este año, al acabar el mes de agosto nos gustaría dejar constancia de lo ocurrido un 30 de agosto de 1866 y que es una clara muestra de la capacidad de sobreponerse y de resistir que tienen las comunidades vascas en el mundo.
Nos referimos a un acontecimiento que vivió la Hermandad de Nuestra Señora de Aranzazu de Lima, de la que hemos hablado en numerosas ocasiones en este blog. El año es 1865, porque es en el que la Hermandad sufre un golpe que parecía ser «mortal» y que le llevaba indefectiblemente a su desaparición.
Es el año en el que el Gobierno de Perú emite un decreto por el que expropia y desamortiza todos los bienes de la Hermandad. Los que ya han leído algunos de los artículos que le hemos dedicado a la más antigua entidad vasca en America, fundada en 1612, recordarán que este Hermandad nació para atender las necesidades materiales y espirituales de los vascos que vivían o visitaban Lima. Una actividad que se fue ampliando hasta convertirse en una amplia red de atención social con un extraordinario alcance y que se había convertido un una referencia básica en la atención social de la época.
Aquél decreto eliminó, desde el punto de vista jurídico, la Hermandad que desde su fundación había tenido una vida autónoma en relación a las autoridades civiles y eclesiásticas. La única alternativa que parecía quedar era la de convertirse en una cofradía, dedicada en exclusiva a asuntos religiosos, y bajo el control de las autoridades eclesiásticas. Es decir significaba, además de perder las propiedades, recursos, y funciones de la Hermandad, perder el espíritu con la que fue creada en 1612 por los «miembros de la nación vascongada» en Lima. Significaba perder los objetivos fundacionales de la Hermandad, los medios para llevaros a cabo, y la independencia para tomar las decisiones necesarias. Unas decisiones que, por otra parte, siempre se tomaban, y se toman, por unanimidad de todos los miembros.
Unos meses más tarde, el 30 de agosto del año de 1866, veinticuatro familias que formaban parte de la Hermandad se reunieron y decidieron mantener viva, aunque fuese con una estructura no reconocida de forma «oficial», esta comunidad de vascos. Decidieron seguir adelante y mantener el espíritu de comunidad igualitaria y de compromiso que aquellos vascos habían mantenido durante más de 250 años.
Convirtieron el Club Nacional de Lima, donde ya se reunían desde la fundación de éste en 1855, en su sede y desde allí, lo mismo que desde todos los lugares a los que la vida y los negocios les han llevado, mantuvieron viva la Hermandad y continuaron con sus actividades sociales y culturales, que han continuado hasta la actualidad.
Desde entonces, cada año se reúnen en 30 de agosto para recordar aquella decisión histórica y para recordar y honrar a los que formaron parte de esta comunidad de vascos antes que ellos, durante más de cuatro siglos.
Aquella decisión, y el compromiso de las diferentes generaciones de cumplirla, ha permitido que este institución vasca siga viva y que hoy pueda impulsar la creación de una nueva Euzko Etxea que posiblemente será la primera que tenga presencia en sedes a lo largo de toda América, siguiendo las vidas y los destinos de los miembros de aquellas veinticuatro familias que un 30 de agosto de hace 134 años no se dejaron vencer por un decreto que parecía condenarles a su desaparición.
Es difícil para nosotros hablar de los Padres Pasionistas sin ser invadidos por una mezcla de sentimientos: El orgullo de que desde nuestro país, desde nuestra comunidad vasca, pudiéramos ofrecer, durante más de cien años, la energía de unas personas extraordinarias capaces de hacer tanto y tan bueno en las peores circunstancias; la pena de ver cómo esa labor ciclópea, homérica, digna de reconocimientos sin fin, queda diluida en una sociedad que en demasiadas ocasiones se ciega por el brillo de las «baratijas» y vive ignorante de la riqueza, inmensa, que atesora en el corazón, y las obras, de muchas personas buenas; la admiración que sentimos desde jóvenes al saber del compromiso de muchos de ellos en la ayuda a los perseguidos por el franquismo: y también con la vergüenza personal de no haber conocido hasta hace poco ese trabajo extraordinario en el Amazonas, al menos en una aproximación a toda su magnitud.
En definitiva, sólo podemos hablar de los Pasionistas desde una «pasión» nacida de la admiración y el respeto por su obra y su compromiso humano. Después de todo, lo hemos comentado alguna vez, somos barakaldeses formados por los Salesianos, lo que hace que, lo decimos con orgullo, valoremos de una forma muy especial la labor misionera basada en la defensa del débil y en el compromiso con la Justicia social.
Escribimos este artículo en el primer aniversario del fallecimiento de Miguel Irizar C.P. Un gran pasionista y un gran vasco, comprometido con la «Iglesia de Jesús de Nazaret» nacida en el Concilio Vaticano II. Llego a ser obispo ente 1972 y 1989 del Vicariato de Yurimaguas situado en el corazón de la Amazonía peruana, nombrado después como obispo del Callao, en el corazón administrativo de Perú. Retirado en San Felicísimo de Deusto (Bilbao) fallecía el 19 de agosto de 2018, añorando su selva, a sus feligreses y a sus compañeros.
Escribimos este artículo usando esta triste efeméride como «excusa» con el objetivo de aportar nuestro pequeño grano de arena para conservar en la memoria colectiva vasca esta parte gloriosa de la historia de nuestra sociedad.
Hemos hablado mucho en nuestro blog de balleneros, pastores, exiliados, gudaris, … Hemos hablado, con respeto y orgullo, de muchas personas extraordinarias, conocidas o anónimas, que durante siglos hicieron que este pequeño pueblo, el nuestro, tuviera, y tenga, un papel protagonista en la Historia. En esa parte de «lo mejor» de nuestra Patria están muchas y muchos misioneros que entregaron su vida, incluso la perdieron, para ayudar a los que no tenían nada. Hemos hablado en muchas ocasiones de misioneros vascos, pero siempre tenemos la sensación de que nunca lo suficiente. Una sensación que se hace más intensa cuando pensamos en los Pasionistas.
Porque al mirar a estos 12 jóvenes que aparecen junto a Mons. Emilio Lissón, Obispo de Chachapoyas, en la fotografía que encabeza esta entrada del blog no podemos menos de preguntarnos si eran conscientes no ya de la obra excepcional que iban a iniciar, sino si conocían cuál era en realidad su destino. O, mejor dicho, cuál era la realidad de su destino.
Estos jóvenes vascos irían convencidos de que su misión era la de «convertir salvajes», la de «salvar almas». Pero pronto se dieron cuenta de que su verdadera misión era la de colaborar en la creación de una sociedad más justa, donde las personas más humildes de aquella selva pudieran tener atención medica, educación, derechos civiles, vivienda… y que, en general, fueran reconocidos y respetados como ciudadanos. Eso lo entendieron, y lo practicaron, desde su llegada, con el fuerte impulso y respaldo que significó para este trabajo, 50 años después, el Concilio Vaticano II, donde participaron activamente.
No eran de los de «regalar peces», sino de los de «enseñar a pescar». Incluso fueron de los que tuvieron que aprender para poder enseñar. Aprender a fabricar tejas y ladrillos, a construir carreteras, embarcaciones, edificios, talleres, escuelas… Pusieron en marcha imprentas, radios y tv… Toda su energía, y era mucha vistos los resultados, se dedicó a una misión fundamental: mejorar la vida de aquellas gentes, dotándolas de recursos y de autonomía como personas y como comunidad.
Eso no significa que renunciaran a su papel misionero. Nunca dejaron de transmitir y difundir la Fe que profesaban. Lo hicieron desde el ejemplo, desde el compromiso, desde el sacrificio, y desde el respeto. Su Fe, la de esos 12 apóstoles seguidores de Jesús de Nazaret en la selva peruana, y la de todos los y las que les han continuado, mejorado y ampliado el camino que empezaron, es la de los que aplican ese refrán tan enraizado en tierra vasca de «a Dios rogando y con el mazo dando».
No fueron, además, con el objetivo de convertirse en imprescindibles. Su misión, su objetivo, no era convertirse en dirigentes, sino en colaboradores. Uno de sus objetivos principales fue formar personas que ayudaran a crear una sociedad capaz de gestionarse a sí misma. Hoy la comunidad pasionista vasca se está reduciendo en la Amazonia peruana. Las razones son obvias: la sociedad vasca del siglo XXI no es igual a la de hace 100 años, o a la de hace 50. Ni hay el mismo compromiso con la Fe, ni tampoco hay el mismo número de jóvenes. Pero esta disminución de la presencia pasionista vasca no es símbolo de un fracaso, ni causa del mismo. No lo es porque gracias a la labor de estos años ya son los propios habitantes de aquellas tierras, los que pueden tomar ese timón.
Eso sí, estamos seguros de que la Comunidad Pasionista seguirá allí, trabajando y manteniendo su compromiso misionero.
En este nuevo escenario, el papel básico de la sociedad vasca deberá ser otro, está siendo otro: apoyarla aportando los recursos necesarios para impulsar los proyectos de desarrollo. Colaborando de forma activa y comprometida en construir un mundo más justo y equilibrado
En definitiva lo que hoy recogemos en nuestro blog es una semblanza de estos más de 100 años de auténtica historia vasca en la selva del norte del Perú, en una labor realizada desde el Vicariato de Yurimaguas, con sede en la capital de la provincia del Alto Amazonas.
Hoy podemos compartir, junto con nuestra reflexión, elementos que nos parecen claves para al menos entrever en toda su magnitud la ciclópea labor de los Pasionistas vascos.
En primer lugar un artículo del historiador de la UPV-EHU, Oscar Álvarez Gila, una de las personas que más y mejor han estudiado la labor de los misioneros vascos.
Ponemos a disposición de todos los lectores el libro de monseñor Miguel Irizar que se editó en 2015 desde la Hermandad de Nuestra Señora de Aranzazu en bajo el título «100 AÑOS DE PRESENCIA PASIONISTA EN EL PERÚ», que recoge junto con el relato de lo acontecido, una extensa documentación que nos ayuda a entender en toda su magnitud la extraordinaria labor realizada en este siglo largo de trabajo entre los más pobres.
También podemos compartir tres vídeos de un gran valor histórico que nos permiten acercarnos de otra manera a esta epopeya.
Pero es importante que podemos hacerlo porque ha habido personas que han sido capaces de conservar y recoger esta documentación de un valor incalculable. Una vez más, nos tenemos que referir a los miembros de la Hermandad de Nuestra Señora de Aranzazu en Lima que, desde 1612, agrupan a «miembros de la nación vascongada» en aquella parte del mundo. Una vez más, y son muchas, tenemos que citarles porque fieles al compromiso con que se fundó, también han protegido este legado de los vascos en aquella parte del mundo. Ellos fueron los que apoyaron en 2013, cuando se conmemoraban los 100 años de la llegada de los primeros Pasionistas vascos, los actos religiosos, de difusión y académicos en homenaje a esta gesta de vascos.
Los Pasionistas de Perú y el propio obispo Irizar estaban siendo silenciados y «olvidados» por las instituciones públicas y los medios de comunicación del Perú. Un país por cuyas gentes más necesitadas los Pasionistas lo habían dado todo durante un siglo. Puede que ese silencio tuviera su razón en esa lucha y compromiso de la comunidad pasionista con los más débiles.
En aquella situación de injusticia y de abuso de poder, la familia Bazán-Aguilar lideró las actuaciones de la Hermandad, que consiguió ayudar a monseñor Irizar a romper ese círculo de silencio y aislamiento. Lo hicieron apoyándole en la realización y difusión de las actividades divulgativas y académicas para la conmemoración del Centenario a lo largo de los lugares donde la Hermandad se encuentra instalada. Además de en el propio Perú, en New York, Atlanta, San Francisco, Los Ángeles, Washington, Boston, Bilbao, Santiago de Compostela… Esa proyección global hizo que, al final, los actos del Centenario tuvieran una significada repercusión en el propio Perú. Eso sí, incluso a veces comprando un espacio que deberían haber sido de información, dada la importancia de lo conmemorado, a precio de inserción publicitaria.
Como reconocíamos al principio, no podemos dejar de reconocer que nos sentimos en deuda con esos Pasionistas vascos. Con los que iban a misiones a hacer un mundo más justo en los lugares más duros, y con los que en los años más duros de la post-guerra, cuando el monstruo del franquismo «mordía» más fuerte, ayudaban a que los perseguidos por la dictadura pudieran escapar de sus garras. Nos sentimos en deuda. Es una deuda que no podremos pagar nunca, pero que queremos saldar, en parte, recordando su compromiso que les ha convertido en héroes, en mártires y, sobre todo, en personas buenas y en dignos seguidores de los más dignos principios de la fe que profesan.
Hoy lunes 19 de agosto, en el primer año del fallecimiento de Miguel Irizar, la Hermandad de Nuestra Señora de Aranzazu y Aranzazu Euzko Etxea de Lima realizarán una serie de actos de homenaje a este padre pasionista vasco, cuya labor dejó tan profunda huella en la Amazonía peruana. Homenajes que pasarán por un acto académico en Lima y actos de recuerdo en diferentes puntos a lo largo de América: New York, Atlanta, San Francisco, Los Ángeles, Washington, o Boston.
El doctor en Historia e investigador de la UPV/EHU, Oscar Álvarez-Gila, nos ofrece en este artículo, escrito para la ocasión, una perspectiva histórica. El libro que incluimos más adelante (en versión PDF) cuenta también con un magnífico texto suyo de presentación.
LOS PASIONISTAS VASCOS:
DESDE DEUSTO HASTA EL ÚLTIMO RINCÓN DE AMÉRICA. UNA VISIÓN DE CONJUNTO DE CIEN AÑOS DE HISTORIA
Óscar Álvarez Gila es doctor en Historia en la Universidad del País Vasco, en la que actualmente ejerce como profesor de Historia de América. Durante el curso 2008-2009, fue Visiting Fellow en el Centro de Estudios Europeos de la Universidad de Oxford. Dos más años más tarde, fue W. Douglass Distinguished Visiting Scholar en la Universidad de Nevada-Reno. En 2013-2014, asimismo, fue Elena Díaz-Verson Amos Eminent Scholar en Estudios Latino Americanos, en la Columbus State University (Estados Unidos). Durante el curso 2016-2017, por último, ha realizado una estancia de investigación en la Universidad de Estocolmo como Magnus Mörner Memorial Professor. Su campo de investigación se centra, sobre todo, en el estudio de las migraciones internacionales durante los siglos XIX y XX, con especial atención al caso de la emigración desde el País Vasco a Francia, Argentina, Uruguay, Brasil y Cuba. Esta línea de trabajo le ha permitido estudiar asimismo los vínculos entre religión y emigración, la institucionalización de las comunidades de emigrantes, así como la cultura y la construcción de identidades en las comunidades en diáspora. También ha trabajado en proyectos y colaboradores de investigación interdisciplinar, sobre temas vinculados con las migraciones y el cambio climático, o más recientemente, en temas de vinculación entre genética e historia.
Los pasionistas en Euskadi
Fundada en el siglo XVIII en Italia por Pablo Francisco Danei (San Pablo de la Cruz), la oficialmente denominada “Congregación de Clérigos Descalzos de la Santísima Cruz y Pasión de Nuestro Señor”, más conocidos popularmente como “Padres Pasionistas”, había decidido a fines de la década de 1870 volver a instalarse en la Península Ibérica. Fruto de aquellas primeras gestiones fue la instalación de un primer convento situado en las afueras de Deusto, en Bizkaia, que al poco tiempo recibiría la autorización gubernamental mediante una Real Orden de 12 de julio de 1880. Había nacido el convento, luego santuario y más tarde también parroquia de San Felicísimo.
Desde que, tras el final de la primera Guerra Carlista, se hubiera dado el proceso de exclaustración y desamortización de las órdenes religiosas, éstas habían quedado prohibidas en territorio español. Frailes y monjes tuvieron que abandonar los claustros, pasando a convertirse en sacerdotes normales en unos casos, o escapando al exilio para seguir manteniendo su vida conventual, en otros. Fue entonces cuando los gobernadores coloniales de Cuba, Puerto Rico y Filipinas clamaron atemorizados: “sin órdenes religiosas, estos territorios se nos pierden”, venían a decir. Y de este modo, las órdenes religiosas se mantuvieron vivas y florecientes en las colonias, mientras que eran al mismo tiempo ilegales en la metrópoli. ¿En toda la metrópoli? No, la misma norma dejó el resquicio legal de permitir que se abrieran aquí “colegios de misiones de Ultramar” con el objeto de preparar los religiosos que serían enviados, seguidamente, al otro lado del océano.
En las primeras décadas fueron solamente tres las órdenes religiosas admitidas para tener estos colegios de misiones. Tras el concordato de 1853, sin embargo, esta norma se amplió a otras órdenes y congregaciones. Y de este modo fue como muchos de los religiosos que habían sido exclaustrados y de las órdenes religiosas que habían sido disueltas vieron un resquicio para volver a la legalidad. Los nuevos conventos que se fueron así abriendo en las décadas siguientes no serían tales conventos, sino flamantes “colegios de misiones”.
Y es aquí cuando nos topamos, nuevamente, con los padres Pasionistas. Sabedores de lo establecido por la normativa, enviaron una primera expedición para ver el mejor lugar donde abrir su primer convento, mejor dicho su colegio de misiones. Y no vieron mejor sitio que las provincias vascas, que ya por entonces se destacaban como uno de los mayores graneros vocacionales de la Iglesia católica en el contexto europeo. Aquel viejo aforismo del “euskaldun, fededun” no era, en aquellas décadas finales del siglo XIX, una exageración sino una gran realidad. Todavía en 1950, cuando recibía la visita de una delegación del Athletic de Bilbao, el papa Pío XII les expresó su alegría por recibir visitantes de una tierra “bendecida por Dios” por su gran producción de vocaciones para la Iglesia. Faltaban aún varias décadas para que se produjera la profunda transformación que trajo para la religiosidad de los vascos el impacto del Concilio Vaticano II y el acelerado proceso de secularización de la sociedad vasca a partir de los años 70.
Los inicios en América
De este modo, cuando en 1887 la expansión de los pasionistas por territorio del Estado español era tal que había llevado a los responsables de la orden a decidir la conveniencia de crear una demarcación propia, la llamada “provincia pasionista del Sagrado Corazón de Jesús”, en dicha provincia se incluían ya varios conventos que los primeros pasionistas reclutados en tierra vasca, como misioneros, habían comenzado a fundar en diversos países de América. El centro neurálgico de esta nueva provincia, a la que habían comenzado a acudir numerosas vocaciones vascas, se instaló como no podía ser menos en su convento más antiguo, en San Felicísimo de Deusto. Desde allí, durante un siglo, los pasionistas vascos gestionarían su presencia en zonas muy distantes de Latinoamérica.
El arranque comenzó, como marcaba la ley, por Cuba, por entonces aún colonia española. Obtenido su reconocimiento oficial como “misioneros de Ultramar”, que significaba el apoyo económico y material del gobierno español para su traslado a América, fue el propio superior provincial el que se desplazaría a la isla caribeña para gestionar la apertura de su primer convento americano, en la ciudad de Santa Clara.
No era esta, sin embargo, la primera fundación de los pasionistas en América. Desde tiempo atrás estaban asentados en Estados Unidos, con una presencia pujante que les había permitido intentar expandir la orden por Latinoamérica, con fundaciones en México (1856), Argentina y Chile (1890). Pero, como reconoce Antonio Artola en su historia del centenario de los pasionistas en Deusto, las diferencias de mentalidad entre latinos y anglosajones hacían difícil su adaptación. Se pensó de este modo que los vascos, por su vinculación pasada y presente con aquellos territorios, podrían gestionar mejor esos conventos. No en vano, en aquella misma época era cuando la emigración vasca a países como Argentina o Chile estaba en pleno desarrollo. De este modo, de golpe, los pasionistas vascos se vieron al cargo de lo que llamaron “Gran Comisariato unificado de Cuba-México-Chile”, con tres países y miles de kilómetros de distancia entre ellos. Para 1891, los primeros pasionistas vascos se hacían presentes en Chile, donde abrieron un noviciado en Viña del Mar y una residencia en Ñuñoa, una localidad vecina a la capital, Santiago. El experimento chileno debió ser positivo a ojos de los superiores en Roma, dado que en 1893 los pasionistas reunidos en Deusto recibían el encargo de encargarse de la única casa de la orden en México, en Toluca. Las fuerzas tenían que diseminarse en una amplísima geografía. La actividad característica de la congregación pasionista (y que era la que estaban desarrollando en Europa), era la predicación de misiones, y fue en estos momentos la primera que llevaron a cabo en los tres países. Se acompañaba esta dedicación principal con la atención pública en las capillas conventuales. Además, en México y Cuba iniciaron una labor ajena por completo a la práctica habitual pasionista: la apertura de escuelas católicas para “para influir en la formación cristiana del pueblo” y contrarrestar la laicicidad de la enseñanza; y en 1904 se adquirirá la primera parroquia, en Caibarién (Cuba).
Pero dice el refrán que “quien mucho abarca poco aprieta”. Para 1905, era ya evidente para los superiores de la orden pasionista la desmesurada extensión del comisariato unificado, que hacía casi imposible cualquier acción en condiciones. De este modo, y tras una diversidad de posibles soluciones, se optó por reducir el área a cargo de los pasionistas a su delegación en Chile, delegación que por aquel entonces, y a pesar de su nombre, incluía también unos conventos recién fundados en Perú. Aún no lo sabían, pero este país iba a ser finalmente el que más directamente quedaría unido a la acción misionera posterior de los pasionistas vascos.
Los pasionistas en Perú y la prefectura apostólica de Yurimaguas
De hecho, entre 1910 y 1920, mientras se consolidaba en Chile y Perú la presencia pasionista, con la apertura de nuevos conventos y la intensificación de su actividad pastoral (predicación de misiones, ejercicios espirituales, y sobre todo el fomento de asociaciones, cofradías y diversas devociones), se estaba produciendo en Europa el germen de una división. Si bien en un primer momento las vocaciones pasionistas se habían obtenido fundamentalmente en el País Vasco, la expansión por tierras españolas llevó a una presencia creciente, sobre todo, de religiosos castellanos, todos ellos integrados en la misma provincia. El crecimiento vocacional, el aumento de conventos en Europa y América, y también las diferencias culturales, llevaron a que en 1923 se dividiera la provincia pasionista original. La provincia del Sagrado Corazón, que mantuvo su sede en Deusto, abarcaría básicamente el territorio vasco. Y en el caso de América, Chile quedaría en manos de la nueva provincia castellana, pasando a concentrase los pasionistas vascos en Perú. El traslado fue rápido: para 1926 ya se habían trasladado a Lima todos los pasionistas vascos residentes anteriormente en Chile.
Hemos de volver un poco atrás en el tiempo, sin embargo, para echar una ojeada en torno a cómo se estaban implantando estos pasionistas vascos en Perú, ya desde la década de 1910. Cuando el obispo de la diócesis peruana de Chachapoyas, en viaje a Roma, solicitó a la curia general pasionista el envío de algunos religiosos para varias de sus parroquias, el superior de la orden decidió remitirle a Bilbao. Fruto de las conversaciones, en 1913 llegaban los primeros pasionistas del Sagrado Corazón a las poblaciones de Juanjuí, Tarapoto, Saposoa y Moyobamba, localizadas en las riberas del río Huallaga, departamento de San Martín. Es decir, en la llamada “ceja de montaña”, el inicio de la región amazónica en Perú. Un territorio entonces prácticamente virgen, alejado de las vías de comunicación, con un clima y unas características sociales totalmente diferentes a los que los pasionistas vascos conocían en su tierra.
No es por lo tanto extraño que los primeros años de su presencia allí fueran de extrema dificultad, tanto que llevó a los superiores pasionistas vascos al convencimiento de que era necesario “retirar en la primera oportunidad favorable (..) el personal de la Misión a fín de establecerse en puntos más acomodados, en la costa de la misma República”. El antiguo obispo de Chachapoyas, convertido ya para entonces en arzobispo de Lima, jugó su última carta: tras sus gestiones en 1923 la Santa Sede creaba una prefectura apostólica en plena selva peruanas, con sede en la localidad de Yurimaguas (Loreto) y confiada a los pasionistas de Bilbao, en una región cercana a donde ya estaban instalados. Una prefectura apostólica venía a ser el embrión de una diócesis, pero en territorio misional. Y era nombrado su primer prefecto el vizcaíno Celestino Jaúregui.
El primer paso dado en la prefectura es crear la inexistente infraestructura eclesial en el territorio. Se edificaron diversas capillas y templos a lo largo de los dos ríos de la prefectura, Huallaga y Marañón, destacando la construcción de la catedral de Yurimaguas, de 1928 a 1931. Su personal, además, va adquiriendo cada vez más un predominio vasco: si en 1923 trabajaban en la misión pasionistas de todas las provincias españolas, ya para 1931 la práctica totalidad eran vascos. Además, desde el mismo contrato inicial se habían comprometido los misioneros en el sostenimiento de ciertas labores de promoción social: A lo largo de los años fueron llegando a los misioneros de la nueva prefectura cartas en las que se le indicaba, por ejemplo, que “el Ilmo. Señor Obispo desearía que los Padres estableciesen allí una escuela elemental de agricultura, para la que espera obtener la protección del Gobierno del Perú”; o similares. La enseñanza adquirió, de hecho, un protagonismo central en la labor de los pasionistas. Según Juan Cruz Irízar, “casi todas las escuelas del Alto Amazonas fueron primero escuelas misionales, para convertirse paulatinamente en oficiales o estatales”. Le siguió la instalación de diversos dispensarios, que serían atendidos desde la década de los cincuenta por Misioneras Seglares vascas. En lo referente a la población indígena (sobre todo indios aguarunas y huambisas), se siguió el sistema tradicional: expediciones de los misioneros
“Más urgente que una iglesia, que una residencia y que un hospital, es para mí el tener una lancha rápida”, había declarado Celestino Jaúregui en uno de sus viajes a Vizcaya. Los ríos afluentes del Amazonas eran la única vía de comunicación en una región sin caminos ni carreteras. La respuesta vasca no se hizo esperar: el Secretariado de Misiones de Vitoria, en la década de 1920, financió con los donativos recibidos de los fieles vascos la primera lancha de la prefectura, llamada precisamente “Nª Señora de Begoña”. Les siguieron intentos de formación de núcleos agrícolas estables, alrededor de las capillas edificadas a lo largo de los ríos de la prefectura. Los años de cambio, en los que se modificó la acción misionera dando mayor importancia a “la inculturación y la defensa de los valores autóctonos”, serían ya responsabilidad del segundo vicario de Yurimaguas, Gregorio Olázar.
Parroquias pasionistas vascas en la costa peruana
La necesidad de la prefectura de Yurimaguas de contar con una representación en la capital del país explica (entre otras razones) la apertura en 1926, de la primera casa pasionista en Lima. Para remediar la provisionalidad de la apertura, consiguen del arzobispo Lissón que les entregue la gestión de una serie de parroquias en la misma Lima o alrededores: Lince, Santa Beatriz y Chorrillos. Es de destacar que éstas son aceptadas por los pasionistas de Bilbao tras una autorización expresa de Roma, pues el ministerio parroquial era algo expresamente contrario a las reglas de la orden. en 1930 la provincia pasionista vasca, que llevaba tiempo proporcionando personal a la misión de Yurimaguas, pasaba entonces también a expandirse con conventos propios, no de la misión, en Perú, comenzando por Lima. Los pasionistas vascos comienzan de este modo a hacerse presentes en otras ciudades de la costa peruana. En 1935 se hacen cargo de la parroquia de Sullana, en la provincia de Piura, desde la que hacen predicaciones itinerantes por el propio Piura y Tumbes. Aunque en 1952 se abandonara esta parroquia, no por ello dejaron de realizarse las misiones, que vivieron un periodo muy intenso de 1954 a 1960
La prelatura nullius de Moyobamba
En 1948, aquellas parroquias de la diócesis de Chachapoyas de las que se habían responsabilizado los pasionistas en 1913, y en las que habían continuado a lo largo de estos años, son finalmente englobadas en una jurisdicción eclesiástica propia, que es encargada a los mismos pasionistas que las regentaban. Es nombrado primer prelado de Moyobamba un antiguo provincial del Sagrado Corazón, el guipuzcoano Fulgencio Elorza. Por razones políticas, no se configuran como prefectura o vicariato apostólico, que es la figura legal propia de los territorios misionales que erige la Santa Sede; en su lugar, se optó por una figura un tanto extraña, la “prelatura nullius”, que podemos traducir como “obispado de nadie”: un territorio que no pertenece a ninguna diócesis, pero para el que se instala un responsable o “prelado” con el rango de obispo.
La creación de la nueva prelatura no supuso, en la práctica, grandes variaciones en la actuación de estos pasionistas vascos, excepto la de contar con la autonomía (y el prestigio) que les confería la creación de la nueva sede y contar con un obispo entre sus filas. La meta principal que, en sus primeros años de obispado, se marcó el nuevo prelado iba dirigida a la mejora en lo material y humano de su Iglesia, que entonces estaba atendida por sólo once sacerdotes. En primer lugar, se intentó atraer a religiosas, que fueron llegando a partir de 1956, y a algunos sacerdotes seculares, en 1958 el personal inicial ya se había duplicado. Posteriormente, se buscaría la consecución de las vocaciones nativas. Además, se estableció un sistema de escuelas católicas, dirigidas por las religiosas, que en 1962 todavía se hallaba en estado incipiente. Es interesante resaltar que entre las vocaciones que reclutó el obispo Elorza para Moyobamba se hallaba una interesante figura de la política y la cultura vasca: Jon Andoni Irazusta, que había sido diputado en Cortes por el Partido Nacionalista Vasco durante la República, exiliado luego a tierras americanas, primero a Colombia y luego a Argentina. Allí escribió dos importantes novelas en euskara: Bizitza garratza da y Joañixio, en la que refleja sus experiencias en ambos países. Ya anciano, fue aceptado por el obispo de Moyobamba, ordenado sacerdote, trabajando en su último año de vida a las órdenes del obispo pasionista.
Los pasionistas en Colombia
Finalmente, si bien el grueso de la acción de los pasionistas vascos en América se ha centrado, como hemos visto, en Perú, también han tenido una larga actuación en otro país vecino, Colombia. Llegaron a Colombia en 1926, el mismo año en que abrían su primer convento en Lima, a petición del arzobispo de Bogotá. Se establecieron así en la capital colombiana, dedicándose principalmente a la predicación de misiones populares. A lo largo de los años de presencia pasionista en Colombia, “las zonas y comarcas más frecuentadas en esta tarea han sido las de Boyacá, Cundinamarca, Caldas, Valle, Tolima, Huilla, Santander, Quindio, Risaralda y Antioquia”, es decir, prácticamente todo el arco andino.
Al poco tiempo, comienzan a hacerse cargo de una serie de parroquias en el departamento de Cundinamarca: la denominada “misión del Alto Magdalena” que, por su nombre y localización rural, tenían “las miras de elevarla a Prefectura Apostólica”. Aunque en 1936 se comprobó la imposibilidad de esta vía, no sólo no se abandonó la zona, realizándose un contrato con al arzobispo de Bogotá; sino que, además, para entonces los pasionistas de Bilbao se habían extendido a otra localidad de la república: Santa Marta (1931),: Bogotá (1947), Medellín (1951).
El año anterior, por otra parte, se había abierto el primer seminario de vocaciones nativas, tras un largo proceso de búsqueda, en las cercanías de Bogotá; con el objeto de formar pasionistas americanos. Un proceso similar se llevaría simultáneamente a cabo en Perú. En ambos países las vocaciones tardaron en llegar, pero llegaron. Fue entonces cuando los pasionistas vascos comenzaron un lento retroceso de su presencia tanto en Colombia como, posteriormente, en Perú. Pero esto es ya, otra historia.
Estos tres vídeos, de un gran valor histórico, nos muestran tres visiones de la labor de los Pasionistas en un relato que cubre 50 años. Desde la conferencia televisada y radiada de Victor Belaúnde, en 1963, hasta la entrevista a Monseñor Irizar en 2013. Pasando por un documental grabado por los propios misioneros pasionistas en los años ’60, en el que nos muestran su vida y su obra.
Víctor Belaúnde en el 50 aniversario de la llegada de los pasionistas a Perú
Documental de los Pasionistas misioneros de la Amazonía
(Voz de narrador: monseñor Miguel Irizar)
Entrevista monseñor Miguel Irizar en «El Puente» 2013
Este libro fue escrito por monseñor Miguel Irizar, que lo entregó a la Hermandad de Nuestra Señora de Aranzazu para que fuera difundido. Una labor en la que colaboramos desde este blog con entusiasmo.
Libro 100 AÑOS DE PRESENCIA PASIONISTA EN EL PERÚ
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