Leer la vida de sor María de Jesús de Ágreda (Ágreda 1602-1665) es descubrir a una de las mujeres de mayor influencia en el Reino de España del siglo XVII, como lo demuestra su correspondencia con Felipe IV, que se inició en 1643, cuando María de Ágreda tenía 41 años y ya era abadesa del convento de las Madres Concepcionistas de Ágreda (hoy Soria y entonces Burgos), y sólo finalizó con su fallecimiento en 1665. Son más de 600 las misivas que se intercambiaron, y que están llenas de peticiones de consejo por parte del monarca y de recomendaciones por parte de María Jesús de Ágreda. También, es, y lo anterior tiene mucho que ver con esto, descubrir a una mujer inteligente, culta, intelectualmente poderosa y que había alcanzado una posición de relieve y de prestigio social debido en buena parte a la veneración que había generado su actividad religiosa.

Con seguridad muchos de los lectores se preguntarán que qué hacemos en este blog dedicado a «asuntos vascos» hablando de una religiosa concepcionista del barroco nacida en la actual Soria. Y compartiendo una publicación sobre ella.

Pues mucho. Ya que esta historia une a vascos de dos continentes en el camino, aún inconcluso, de la canonización de esta mujer. En ella podemos encontrar a la propia familia de la religiosa, proveniente de Bizkaia; a dos sacerdotes vascos, uno franciscano y otro pasionista; y a la Hermandad de Nuestra Señora de Aranzazu de Lima, fundada 10 años después del nacimiento de María Jesús de Ágreda.

María de Jesús de Ágreda

Empecemos recordando que esta mujer, una de las más grandes místicas de la historia de la Iglesia católica, es de familia bizkaina por parte de madre. Su nombre antes de su ordenación era María Coronel y Arana, y ese Arana tiene un origen bizkaino, como certifica el documento de hidalguía de los Arana, de 1540, y que se conserva en el convento de Ágreda. Si el descendiente de un vasco en América puede ser considerado como vasco, por qué no vamos a poder considera como tal a alguien nacido en lo que hoy es Soria. Además esta parte de la actual Soria, lo que se denomina las «Tierras altas de Soria», tuvo en la antigüedad una gran influencia vasca, como lo bocetan los estudios genéticos, o la presencia de estelas funerarias con textos en proto-euskera en tiempo de los romanos.

Monasterio Concepcionistas de Ágreda
Monasterio Concepcionistas de Ágreda

Pero no nos habríamos decidido a incluir este artículo en nuestro blog en base a estos indicios. Desconocemos si a la mujer, o a la abadesa, le interesaron sus raíces, o le dio valor a este origen vasco de parte de su familia.

La verdad es que las razones para que lo hayamos hecho, escribir el artículo, tiene que ver con una línea de acontecimientos y personas que une Lima con Aranzazu y con Roma; y a estos lugares con franciscanos y pasionistas vascos empeñados en que la Iglesia católica apruebe que esta «venerable» merece el reconocimiento como «santa».

No anda la Iglesia católica sobrada de santas que hayan alcanzado este reconocimiento por su labor intelectual o teológica.  Pero a pesar de eso, el reconocimiento de sor María de Jesús de Ágreda como miembro de grupo de las santas y santos, aun no ha sido realizado y desde su muerte se ha tropezado con numerosos obstáculos.

El debate sobre la «Inmaculada Concepción» de la Virgen María

Puede que la «culpa» la tuviera que esta mujer, se atreviera a entrar en un debate de «hombres» que trataba de un asunto de gran trascendencia para la religión católica: la Inmaculada Concepción, o no, de la Virgen María. El debate, que desde fuera de los ámbitos teológicos pudiera parecer de poca importancia, giraba en torno a determinar si la Virgen había sido concebida libre de pecado, o si por el contrario, esta situación de «inmaculada» fue un don que se le fue concebido justo tras su concepción.

Como decimos, este debate que dividió en dos sectores de la Iglesia, tiene una profunda importancia teológica. En una religión «masculina», se planteaba que una «mujer», María, había sido concebida libre de todo pecado. Una situación que sólo el Hijo de Dios había disfrutado.

Desde el siglo XIII uno de los dos bandos de este debate fue liderado por los Franciscanos, defensores de que María estaba libre de pecado desde el mismo momento de su concepción, y el otro por los Dominicos, que encabezaban las tesis de los que defendían que María quedó libre de pecado inmediatamente tras su concepción.

Cuatro años antes del fallecimiento de María de Ágreda, en 1661, el papa Alejandro VII, reafirmaba la tradicional devoción a la Inmaculada y prohibía que hubiera más discusiones sobre este asunto. Una victoria «franciscana» que acabó siendo total cuando el papa Pio IX promulgó exactamente 193 años más tarde, es decir un 8 de diciembre de 1864, la bula Ineffabilis Deus, que determinó que para la Iglesia católica la Virgen María fue concebida libre de todo pecado.

La Mística Ciudad de Dios

María Coronel y Arana, es decir, María de Jesús de Ágreda, mantuvo desde siempre una gran relación con los Franciscanos, al igual que sus padres, muy religiosos y que acabaron tomando también los hábitos. Algo que puede explicar que en sus escritos defendiera con energía la tesis favorable a la «Inmaculada Concepción». Sin duda su mayor obra, la más influyente y también la más polémica, es la Mística Ciudad de Dios (su título completo es:  Mystica Ciudad de Dios. Milagro de su omnipotencia y abismo de la gracia. Historia divina y vida de la Virgen Madre de Dios, Reina y Señora nuestra María Santissima. Restauradora de la culpa de Eva, y Medianera de la Gracia).

«Mystica Ciudad de Dios». María Jesús de Agreda
«Mystica Ciudad de Dios». María Jesús de Ágreda

Esta obra, de gran extensión y complejidad, se divide en tres partes. En la primera abarca la infancia de la Virgen; en la segunda el misterio de la Encarnación y toda la vida de Jesucristo; y en la tercera, el resto de la existencia terrena de la Virgen y su Tránsito, Asunción y Coronación en el Cielo. Fue publicada tras el fallecimiento de la autora por iniciativa de los padres Franciscanos y ya su proceso de publicación muestra la complejidad de la obra de la Madre Ágreda.

Tras recopilar la obra y recibir todos los permisos necesarios para publicar una obra religiosa de tales características, los Franciscanos iniciaron su publicación. Cuando se encuentran en imprenta los volúmenes, José Ximeno de Zúñiga, capellán del hospital de san Bartolomé de Lima, llevó al Colegio de San Pablo de los Jesuitas unos cuadernos sueltos del manuscrito que leídos por algunos de los jesuitas de Lima, los denuncian al Santo Oficio. Iniciándose una investigación que retraso por años su difusión y creando unas dudas sobre la autora y sus textos que, aunque infundados, parece que han sido claves en su proceso de canonización.

Dos religiosos vascos

Todo ello estaba enmarcado un proceso de canonización, iniciado, al poco de la muerte de la religiosa que sigue abierto y que está lleno de obstáculos: denuncias ocultas; intentos de llevar al libro, y a la autora, al «Índice de libros prohibidos» por la Inquisición; lo que parecen intentos de desprestigiarla…

En pleno siglo XX «aterriza» en mitad de este complejo campo, como Vicepostulador de la causa de canonización, el padre franciscano Benito Mendía.

Visto lo anterior no es difícil entender el empeño franciscano, incluso casi 3 siglos después de la muerte de María Jesus de Ágreda. El P. Benito Mendía era el Provincial de la Provincia Franciscana de Cantabria, que es como se denominó desde su constitución en 1551 hasta el año 2000 a la actual Provincia Franciscana de Aranzazu. Y aquí ya nos encontramos con una referencia muchas veces presente en nuestro blog. el Santuario de Aránzazu que era, y es, uno de ejes de esta entidad administrativa.

El padre Benito Mendia fue el Provincial cuando los franciscanos de esta provincia, entre los que los vascos eran mayoría, participó en la remodelación del Santuario (iniciada por el anterior provincial, el P. Lete), con unos planteamientos artísticos y arquitectónicos, revolucionarios para el momento y que han hecho de este Santuario vasco, un referente. El padre Benito Mendia fue una persona comprometida con la cultura y la lengua vasca, como lo fue la comunidad franciscana vasca.

Fue este franciscano, este franciscano vasco, el que preparó un documento en el que se analizaba la situación de la causa de canonización y se realizaba un dictamen sobre la misma. Este documento, publicado de forma reservada en 1993, recoge la labor de investigación realizada por el P. Mendia con el objetivo de reabrir dicha causa.

20 años después, el padre Antonio María Artola, pasionista, y también vasco, retomó este trabajo de investigación y lo completó con el objetivo de que se convirtiera en un libro que se presentaría con ocasión del Congreso Mariano-Agredano que se celebró en Roma en octubre del 2015.

Del padre Artola, también hemos hablado en numerosas ocasiones. La razón ha sido tanto por su pertenencia a la Orden de los Pasionistas, que mantienen en la Amazonía peruana una fuerte presencia misionera donde los vascos han jugado un papel fundamental, como por su relación con la Hermanad de Nuestra Señora de Aranzazu de Lima. Entidad que es la primera que organizan los vascos en América, y que es creada en 1612, es decir, casi al mismo tiempo que el nacimiento de María Jesús de Ágreda.

Ese trabajo conjunto de ambos religiosos vascos han permitido que en 2016 se nombrase un nuevo Vicepostulador de la causa, un cargo vacante desde 2014. Lo que significa, sin duda un impulso al proceso de beatificación.

La Hermandad de nuestra Señora de Aranzazu de Lima

¿Y cuál es el papel de la Hermandad de Aranzazu en esta historia? Si recordamos que la denuncia al libro de María de Ágreda partió de Lima, lo que significó la paralización de su causa de canonización, se puede decir también que su reactivación también partió de la capital de Perú.

La Hermandad fue una aliada fundamental para la realización de este congreso, y la que impulsó la publicación del libro Mendia-Artola. Con ello buscó cerrar un círculo que más de tres siglos antes se había abierto en esa ciudad. Además, aparte de encargarse de la maquetación e impresión de este volumen, han realizado una labor de difusión de la obra, de sus contenidos y de las tesis defendidas por los autores.

Nuestros lectores habituales conocerán, por los artículos que le hemos dedicado, la historia de esta Hermandad de «miembros de la Nación vascongada en Lima», así como tanto su profunda relación con Aránzazu y también con los Padres Pasionistas en general y con el padre Artola en particular. Al que le han apoyado en varios proyectos entre los que también destaca el dedicado a las apariciones de Ezkioga.

«La Dama azul»

Representación de María Jesús de Ágreda, la Dama Azul, evangelizando indígenas en el actual Nuevo México
Representación de María Jesús de Ágreda, la Dama Azul, evangelizando indígenas en el actual Nuevo México

No podemos acabar este texto sin citar la atribución de la capacidad de «bilocación» a esta religiosa.  En la cultura popular de los pueblos originarios de Texas, Nuevo México y Arizona se conserva la historia/leyenda de la Dama Azul que les evangelizó antes de la llegada de los primeros misioneros franciscanos. Era María de Ágreda.

Para los no creyentes, puede parecer esta parte de la historia inverosímil o incluso absurda. Pero con independencia de las creencias de cada uno, hay datos que son irrefutables. Nos referimos a la arraigada presencia de referencias a esta historia de la Dama Azul en la cultura popular de aquella parte de Norteamérica, entre los indígenas, y su papel en la creación de una identidad colectiva. Todos ellos aspectos tan relevantes como para dedicarles reflexiones desde el campo científico.

PDF del trabajo de Beatriz Ferrús sobre la influencia de la «Dama Azul» en la historia de Nuevo México, aquí.

La «persistencia de los vascos»

Para último, tampoco podemos dejar de referenciar otro aspecto que se encuentra recogido a menudo en este blog: la capacidad de persistencia de los vascos.

En esta ocasión la encontramos en el compromiso de dos religiosos de diferentes órdenes a los que les une su intensa esencia vasca, su profundo conocimiento teológico y su compromiso mariano, centrado en la Virgen de Aranzazu. Ellos se encuentran una «causa perdida», la de la canonización de María Coronel y Arana. No se arrugan, ni aceptan lo que parece inevitable y toman el proyecto a través del trabajo preciso y bien realizado. El fruto de esa labor ha sido la reactivación de caso.

Pero también la encontramos en la propia historia de la Hermandad de Aranzazu que ha sido capaz de capear todos los temporales que se ha encontrado en sus más de cuatro siglos de historia.

El Libro

DICTAMEN HISTÓRICO-TEOLÓGICO SOBRE LA MÍSTICA CIUDAD DE DIOS EN RELACIÓN CON LA CAUSA DE CANONIZACIÓN DE LA VEN. M. MARÍA DE JESÚS DE ÁGREDA, (OIC)

Que compartimos con el permiso del autor con el objetivo de que tenga la mayor difusión posible

 

 

 

Last Updated on Dic 8, 2023 by About Basque Country


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