Como es obvio, estos días se han escrito muchas páginas de información a lo largo del mundo sobre la disolución de ETA. Esperamos que alguien haya sido capaz de recopilarlas, porque nosotros no hemos podido.
No lo hemos sido, porque sin duda era un trabajo demasiado grande para una organización tan pequeña como la nuestra y, también, porque este asunto, en los últimos tiempos, nos producía una sensación de agotamiento que nos bloqueaba. La realidad es que todo estaba ya cerrado y que durante meses todo lo dicho y hecho no han sido otra cosa que reiterados esfuerzos por intentar conseguir algún rédito. Como si eso fuera posible y aceptable.
Pero tampoco lo hemos hecho porque, en su mayoría, las informaciones parecían escritas por personas sin reales conocimientos de lo que ha pasado en nuestro país, y en el Reino de España, en los últimos 80 años (por no ir más allá). Teníamos la sensación de que si recogíamos algo en nuestro blog, sería necesario una larga introducción que ubicase todo esta historia.
Por suerte, ha venido en nuestra ayuda el New York Times y Alberto Letona. Del primero, ya saben nuestros lectores habituales que le consideramos un auténtico “amigo de los vascos“, en buena parte porque escribe sobre nuestra nación con criterio propio y no al dictado de las embajadas o de los grandes medios de comunicación españoles. El segundo, es un periodista vasco del que ya hemos hablado en más ocasiones, al que consideramos, un buen periodista, y sobre todo, una buena persona con gran criterio.
Este 9 de mayo el diario neoyorkino incluía, un artículo de opinión de A. Letona que sitúa la disolución de ETA en su contexto y que va a ayudar a entender un poco mejor, fuera de nuestras fronteras, qué pasó en nuestro país para que ETA naciera, y para que desaparezca.
Así que hemos decidido usarlo para cerrar en nuestro blog este negro capítulo de la historia de los vascos. Sabemos que cada persona que lo lea tendrá opiniones diferentes sobre ciertos asuntos, o le parecerá que faltan o sobran acontecimientos o reflexiones. Es inevitable.
Nosotros resaltamos dos:
A. Letona escribe, “ETA hizo que las personas se sintieran orgullosas de su identidad y cultura vascas“. Nuestra opinión, la nuestra, es que fue al revés. Que una de las razones del nacimiento de ETA es que en nuestro pueblo ya existía ese orgullo, además de un profundo sentimiento democrático. Que fue el miedo a que nuestra nación desapareciese, aplastada por el franquismo, lo que hizo que se creara un movimiento que decía defender nuestra identidad nacional y combatir a la dictadura. Mucha población vasca, y española, apoyó su lucha de aquellos años. Después de todo, ETA hacia lo que no hacían las democracias occidentales, combatir una dictadura fascista que sobrevivía, con su beneplácito, en la segunda mitad del siglo XX.
La otra cuestión en la que tenemos una visión diferente es en el de los “asuntos pendientes”, y en el de la “Esperanza”.
ETA es hija del franquismo, pero por desgracia su desaparición no cierra ese capítulo de la historia vasca o de España. Los muertos siguen en las cunetas; una Amnistía inconstitucional y unas leyes absurdas permiten incluso que un policía torturador y colaborador de la Gestapo reciba una medalla como “víctima del terrorismo”; los represaliados del franquismo o los torturados siguen siendo “víctimas de segunda” o “no víctimas” para las instituciones españolas… Todo esto es un agujero negro demasiado grande como para que se pueda ocultar debajo de la alfombra.
Aberto Letona tiene esperanza. Ojalá nosotros pudiéramos estar tan seguros de que se pueda tener. Si se refiere a esperanzas en nuestra nación, la vasca, sin duda. Si se refiere a la esperanza de que los poderes públicos del Reino de España sean capaces de hacer algo por arreglar este problema, el nivel de confianza desciende drásticamente.
Por desgracia estamos rodeados de tahures que cambian las cartas y las reglas del juego en función de sus intereses. Lo estamos viendo en cuestiones tan “nimias” como el fin de la dispersión de los presos de ETA. Primero se podría hacer cuando ETA dejase de matar; luego cuando se disolviese; luego cuando pidiesen perdón; luego cuando ayuden a esclarecer todos los asesinatos; luego… La palabra de ciertos líderes políticos y de ciertas instituciones vale menos que un billete de tres euros.
Esto son “puntualizaciones personales”, las percepciones propias de los que vivimos “dentro”. Pero lo importante es que Alberto Letona ha escrito un articulo que puede dar claves básicas a los lectores de todo el mundo que no conocen ni nuestra realidad, ni nuestra historia. Este brillante texto les va a servir para tener una visión mucho más precisa, clara, y real de lo que es el final de ETA, de las causas de su nacimiento y de lo que ha significado en la historia reciente de nuestro país y de España .
Eskerrik asko!!!
The New York Times – 9/5/2018 – USA
Terrorism Is Over. Now Spain Needs Lasting Peace.
Last week, in the small town of Cambo-les-Bains in the Basque region of France — just across the border from the Spain’s Basque Country — the Basque separatist organization Euskadi Ta Askatasuna, best known as ETA, announced it was disbanding. The last terrorist group in Western Europe came to its end almost 20 years after the Good Friday agreement in Northern Ireland.