John Alejandro Ricaurte es doctor en Estudios Internacionales e historiador de la Universidad de Antioquia.. En la UPV-EHU ha obtenido el título de Magister en Historia y de Doctor en Estudios Internacionales.
Se ha dedicado de lleno a documentar la historia del departamento, el de Antioquia. Es autor de publicaciones y estudios sobre la presencia y la huella vasca en aquella parte de Colombia. Como «Vascos-Navarros en Antioquia 1890-1970. Una aproximación a la historia de migrantes, religiosos y exiliados», «Los vascos en Antioquia durante el reinado de los Austrias (1510-1700)», o «Los vascos en “Antioquia durante el reinado de los Borbón».
Hemos hablado en varias ocasiones de asuntos que relacionan a los vascos con el departamento colombiano de Antioquia y, más en concreto, de la labor que realiza su activo Centro Vasco y el Centro de Estudios Vascos de Antioquia, que acaba de cumplir 15 años de actividad.
Hoy volvemos a hablar de estos vascos en Colombia, porque acaban de compartir un documental que recoge la huella que dejaron en aquellos lugares 20 personales vascos de gran influencia, empezando por el gobernador de origen eibarrés, Miguel de Aguinaga y Mendigoitia, que fundó en 1675 Medellín, la ciudad que ahora es la capital de Antioquia; y su antecesor, Fernando de Montoya y Salazar (nacido en Berantevilla, Álava), que fue quien inició las gestiones para su fundación.
Los autores del trabajo son los historiadores John Alejandro Ricaurte y Daniel Ramírez. El asunto tratado nos ha parecido de gran interés ya que nos ayuda a conocer una parte de la historia de nuestro país que la mayoría de nosotros desconocíamos. Por eso hemos pedido, una vez más, a John Alejandro Ricaurte que nos escriba un artículo para presentar el documental y el trabajo realizado.
El Legado Vasco en Antioquia
John Alejandro Ricaurte
El Centro Vasco Gure Mendietakoak durante la cuarentena continúa realizando su labor de difusión de la cultura vasca en Antioquia, es por ello que haciendo uso de las plataformas digitales, tan utilizados en este confinamiento, apoya y difunde la realización de actividades investigativas y de difusión cultural. Así nace este documental para dar a conocer la investigación sobre la presencia y patrimonio (material e inmaterial) de los inmigrantes vascos, realizado por los historiadores John Alejandro Ricaurte y Daniel Ramírez.
De esta manera el objetivo del documental es rescatar la memoria histórica y patrimonial de los inmigrantes vascos que hicieron presencia en la región y evidenciar sus aportes en Antioquia durante los siglos XIX y XX.
Se escogieron 20 personajes que representan la presencia, huellas e impacto de los vascos en Antioquia en esta época moderna, empezando por el gobernador de origen eibarrés, Miguel de Aguinaga y Mendigoitia, a quien le tocó fundar a Medellín en 1675, pues su antecesor, el también vasco Fernando de Montoya y Salazar (nacido en Berantevilla, Álava), fue quien inició las gestiones para la fundación de esta importante villa.
Seguidamente se menciona a doña Mercedes Zuláibar Santamaría, hija del comerciante y minero vizcaíno José María Zuláibar y descendiente del burgalés Manuel de Santamaría Fernández de Salazar, oriundo del valle de Mena y con relación con los comerciantes vascos asentados en la región. Esta fue una de las familias más ricas de la región, siendo doña Mercedes quien haría importantes obras benéficas en la sociedad decimonónica antioqueña y quien legaría en su descendencia el cariño por sus ancestros vascos, relato que es rescatado por uno de sus nietos, Estanislao Barrientos a principios del siglo XX, donde se cuentan las historias de este pueblo, a través de las tertulias que hacía en su casa, de ahí que se pude considerar fundadora de la primera asociación vasca en América, aunque no formalizada, en la década de 1820.
Además, entre este grupo de vascos, de quienes se tienen registros fotográficos, se destaca el legado que estos inmigrantes tuvieron en las obras arquitectónicas sacras, catedrales tan importantes como la Iglesia del señor de las Misericordias en Manrique (diseñada por el arquitecto carmelita, el navarro Andrés Lorenzo Huarte) y la Cripta y templo de Jesús de Nazareno, ubicada en la céntrica avenida Juan del Corral de la ciudad de Medellín, que fue construida por el arquitecto claretiano Vicente Flumencio Galicia Arrue nacido en Tolosa, Gipuzkoa, en 1901.
Así mismo es de interés la obra que dejó el vizcaíno Jesús Arriola (nacido en Elorrio, Bizkaia), su casa construida por el arquitecto belga Agustín Govaters y el Palacio de Bellas Artes, obra del mismo arquitecto belga, que fue la academia donde Arriola fue maestro fundador.
De igual forma otro de los sitios de interés para entender el patrimonio y legado moderno de los vascos en Antioquia es la Plaza de San Ignacio, donde se ubica el colegio de los jesuitas, fundado en tres momentos del siglo XIX, entre expulsiones y regreso de esta comunidad, precisamente por tres vascos: Egaña, Legarra y Jauregui. Uno de los mencionados colegios, el refundado a mediados del siglo por el jesuita vizcaíno Fausto Legarra, es la actual Universidad de Antioquia, donde Legarra figura en 1847 como su primer rector. A un costado se ubica el otro colegio de los jesuitas, que permanece como institución educativa y que fue fundado en 1885 por el vizcaíno Luis Jauregui en 1885.
También se destaca al ingeniero Juan Andrés Ormaechea, nacido en Mundaka, Bizkaia, quien formó la empresa de construcción que hizo el Hipódromo San Fernando en 1948, los inicios de la Iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y muchas otras urbanizaciones de Medellín como en el barrio El Prado.
Además aparecen los aportes de los vascos a la educación, arte y cultura antioqueña y a la formación de la idea (o mito identitario) que los antioqueños vienen de los vascos por sus apellidos muy frecuentes y destacados en la región.
Se trata de invitarlos a que miren y compartan este video ya que es parte del patrimonio cultural, material e inmaterial, de este colectivo de interés tanto de Antioquia como en el País Vasco y Navarra.
Guión del documental
Antioquia, Colombia e Hispanoamérica en general, son territorios vastos y de gran diversidad cultural y poblacional. Sus habitantes son el resultado del encuentro de pueblos nativos y otros provenientes de distintos lugares y de diversos grupos étnicos: gallegos, cántabros, asturianos, valencianos, andaluces, castellanos en España, pueblos originarios del continente africano e inmigrantes de todos los lugares del mundo.
Tomando a uno de estos pueblos en específico, los vascos, una comunidad que habita el norte de España y sur de Francia, encontramos que en el caso particular de Antioquia dejaron un legado y patrimonio material e inmaterial de gran importancia, el cual hace parte de nuestra historia y cotidianidad.
Desde tiempos coloniales esta población comenzó a dejar huellas profundas en la región antioqueña. Quizás el más conocido de ellos sea MIGUEL DE AGUINAGA Y MENDIGOITIA (Éibar/Gipuzkoa 1634 – Sevilla/Andalucía 1693). gobernador de Antioquia en 1675 quien figura como fundador de la ciudad de Medellín, pues tras la muerte del anterior mandatario, el también vasco, Francisco de Montoya y Salazar, quien había hecho las gestiones para la fundación de la villa de la Candelaria de Medellín, le tocó recibir, el 2 de noviembre de 1675, el título de ciudad de parte de la Reina Mariana de Austria y su hijo el rey Carlos II.
En fechas posteriores, durante el siglo XIX, una vez consumada la Independencia, los vascos comenzaron a migrar masivamente a América. Sin embargo, a Colombia no llegaron estas grandes olas de inmigración. Curiosamente, por estas mismas fechas, comenzó a extenderse la idea de que los vascos habían dejado un legado en la región, en especial, gracias a personajes decimonónicos destacados que portaban estos apellidos como don Manuel Uribe Ángel (1822-1904), Camilo Antonio Echeverri (1828-1887), Rafael Uribe Uribe (1859-1914) o Eduardo Zuleta Gaviria (1864-1937).
Responsables de insertar la idea de que los antioqueños venimos de los vascos por sus sonoros apellidos, pero también por ser común en la región apellidos como: Aguirre, Álzate, Arbeláez, Aristizábal, Arteaga, Arroyave, Arrubla, Atehortúa, Castañeda, Chavarriaga, Echavarría, Echeverri, Elejalde, Gaviria, Isaza, Londoño, Marulanda, Mondragón, Montoya, Ochoa, Orozco, Ospina, Ossa, Palacio, Saldarriaga, Taborda, Upegui, Uribe, Urreta, Zabala y Zuloaga, entre muchos otros.
Del mismo modo, se reconocía el ascendente vasco en algunas familias típicas antioqueñas como los Zuláibar. Especialmente, gracias a doña MERCEDES ZULÁIBAR SANTAMARÍA (Medellín/Antioquia 1793 – Medellín/Antioquia 1875), hija del comerciante y minero vizcaíno, José María Zuláibar. Esta dama fue una importante intelectual y filántropa antioqueña del siglo XIX. En 1806 contrajo matrimonio en Santa Rosa de Osos con el comerciante y minero Manuel Barrientos. Sus hijas Marcelina Barrientos Zuláibar y María Del Rosario Barrientos Zuláibar, se casaron en distintas fechas con el político y escritor Mariano Ospina Rodríguez. En sus descendientes y troncos familiares, los Ospina y Barrientos, quedaron insertas todas esas historias de los vascos, gracias a la tertulia que se hacía en su casa. Ellos por supuesto, se encargaron de difundirlas en la región.
Pero los vascos no sólo dejaron su impronta en los apellidos y familias formadas en estas montañas, sino que también en épocas más recientes, después de finalizada la Independencia, vinieron ya con el rótulo de extranjeros y dejaron obras e impacto en la región que es importante rescatar, pues constituyen parte de nuestra memoria y patrimonio tanto del departamento como del país.
Arquitectura
Si hablamos del legado arquitectónico vasco en Antioquia tenemos que hablar de tres de los grandes introductores del estilo gótico español en las obras sacras, hablamos del navarro Lorenzo Huarte, el guipuzcoano Flumencio Galicia Arrue y el vizcaíno Juan Andrés Ormaechea.
El primero de ellos, Andrés Lorenzo Huarte, nació en el corazón de los Pirineos, en Navarra. Fue un destacado religioso que vino a la región con media centena de vascos enrolados en la comunidad carmelita y dejó en los lugares donde hicieron presencia en la región, Medellín, Frontino, Sonsón y Urabá, entre otros, obras arquitectónicas de gran valor. Hablamos de catedrales, escuelas, barrios, casas, monasterios y demás recintos dedicados a su labor evangelizadora.
Huarte se encargó de los planos y construcción de la Basílica Menor de Nuestra Señora del Carmen en el municipio antioqueño de Frontino. De igual forma realizó los planos de los templos carmelitas en el municipio antioqueño de Sonsón y el templo de Nuestro Señor de las Misericordias, ubicado en el barrio Manrique de Medellín.
De otro lado tenemos al guipuzcoano Vicente Flumencio Galicia Arrue (San Sebastián, 1901—Barranquilla, 1992). También misionero como el anterior, pero enrolado en los claretianos dejó un importante legado arquitectónico en Colombia, particularmente en el departamento de Choco y las ciudades de Barranquilla y Medellín. En esta última ciudad la obra más importante que se recuerda del vasco es la Iglesia de Jesús Nazareno.
Por último, dejamos al vizcaíno Juan Andrés Ormaechea, nacido en Mundaka, quien vino al país como refugiado de la Guerra Civil Española y aunque era ingeniero civil de profesión, creó empresas de construcción como “Ormaechea, Mesa, Isaza y Cia.”, fundada con varios socios antioqueños. Esta empresa ayudó notable en la urbanización de Medellín, en un periodo donde la ciudad estaba en acelerado crecimiento, construyendo barrios obreros, urbanizaciones y edificaciones públicas y privadas.
Entre sus más grandes obras se encuentran la fachada en estilo neogótico de la Basílica Menor de Nuestra Señora del Carmen de La Ceja, la construcción del Hipódromo San Fernando en 1948 y el inicio del proyecto del Templo de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Medellín –proyecto concluido por José Félix Mejía Arango–.
Comunidades, Educación y Cultura
La llegada de estos inmigrantes vascos también aportó a la fundación de comunidades, la fe y las artes, obras e impacto que hoy en día es importante recordar pues forma parte de nuestro patrimonio e historia.
3. ANTONIO AGUIRREBEITÍA ARRIAGA (Fray Severino) (Bérriz/Bizkaia 1885 – Amorebieta/Bizkaia 1962). Superior de la Fundación Carmelitana en Frontino, Prefecto de Urabá entre 1918 y 1943 y párroco de la Iglesia de Manrique en Medellín hasta 1946. Fue impulsor junto con esta comunidad religiosa del desarrollo y colonización de Urabá, fundó pueblos, barrios e iglesias en Urabá y Frontino.
4. JESÚS ARRIOLA BESOITIA Y ORMAECHEA (Villa de Elorrio/Bizkaia 1873 – Medellín/Antioquia 1931). Compositor, interprete y maestro de música en Medellín. Enseñó en la Academia de Música Santa Cecilia, Instituto de Bellas Artes, Escuela Normal de Señoritas, Colegio Departamental de Señoritas, Colegio San Ignacio de Loyola y Convento de la Enseñanza. Formó varios grupos musicales destacados como La Lira Antioqueña y compuso varias obras.
5. JOSÉ ANTONIO DE IRAZUSTA MUNOA (Tolosa/Gipuzkoa 1884 – Lima/Perú 1952). Fue un abogado, político y escritor. Escribió en varias revistas y periódicos en euskera (vasco) bajo el seudónimo “Jon Andoni”. Tras la Guerra Civil se exilió en el Bagre Antioquia, donde trabajó con las compañías mineras. Escribió dos novelas en euskera: Joañixio [Juan Ignacio] y Bizia garratza da [La vida es dura], publicadas en Buenos Aires, la primera en 1946 y la segunda en 1950. Bizia garratza da es una obra no traducida al castellano que está inspirada en el paisaje antioqueño, pues esta se desarrolla en el nordeste de Antioquia, en el Urabá y en la capital Medellín.
6. LUÍS JÁUREGUI (Zenauri/Bizkaia – 1862 – Bogotá/Cundinamarca 1935). Este sacerdote llegó a Medellín en 1886. Participó en la fundación del colegio San Ignacio de Loyola donde fue profesor y rector. Permaneció en esta institución hasta 1899 pasando a Bogotá para desempeñarse como rector del colegio San Bartolomé.
7. AGAPITO CLAVERÍA. Vino a Antioquia a principios del siglo XX a trabajar con la Pato Gold Mines empresa minera americana, luego se enfermó y se fue a Barranquilla, donde con su sobrino venido de Navarra de apellido Díaz, fundó una tienda de papelería que se convirtió en la multinacional llamada Productos el Cid.
8. MANUEL ALZATE VIZCARGUENAGA. Guipuzcoano de Donosita, vino a Antioquia exiliado en la década de los 40s con aproximadamente 20 años, a raíz de la Guerra Civil Española donde perdió a toda su familia. En Antioquia se dedicó a las labores agrícolas.
9. JOSÉ MARÍA BERRIO IRIARTE (Lumbier/Navarra 1923 – Medellín/Antioquia 1995). Vino a Antioquia en 1962 con la comunidad Benedictina. desempeñó oficios de hospedero, maestro de novicios y ceremonias, sacristán y sub-prior. fundó en Sabaneta el colegio “José María Berrio”. Institución a la que se dedicó hasta el 21 de abril de 1995, año en el que murió cumpliendo su labor.
10. RUDESINDO LIZARRAGA. Jesuita vasco fue uno de los primeros rectores del colegio San Ignacio de Loyola de Medellín. Nació a finales del siglo XIX y fue periodista y escritor en la revista “Los estudios”.
11. RUFINO SAN VICENTE NAVARRO (Begoña/Bizkaia 1880 – Medellín/Antioquia 1973). Hizo su debut en Medellín lo hizo en el Circo España, ubicado en la carrera El Palo. Se casó y se quedó a vivir en Fredonia, donde alternaba dedicado al cultivo del café.
12. KEPA MIRENA AMUCHASTEGUI ELOIZAGA (Bogotá/Cundinamarca 1941) Actor y director de origen vasco, hijo de Pedro Amuchastegui y Pilar Eloizaga, Hijo de dos inmigrantes vascos exiliados en el país, recordado en Antioquia por dirigir producciones como “La casa de las dos palmas” (1991) y “Aprendí a quererme” (2013).
13. REBECA URIBE BONE (Ciudad de Guatemala/Guatemala 1917 – Bilbao/Bizkaia 2017). Hija del bilbaíno Guillermo Uribe Echevarría y la guatemalteca María Teresa Bone. Rebeca figura como la primera mujer ingeniera en graduarse en el país. Al obtener el título de ingeniera química e industrial, el 19 de octubre de 1945, en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín.
14. FAUSTO LEGARRA (Bizkaia 1822 – ?). Jesuita primer rector fundador del Colegio Jesuita (hoy Universidad de Antioquia), entre 1845 y 1846, fecha última en que se retira por la oposición y la posterior expulsión de la Compañía de Jesús del país.
15. NARCISO LARREA LÓPEZ DE LUZURIAGA (Vitoria/Álava 1947 – Medellín/Antioquia 2001). Llegó en 1967 como profesor del colegio Corazonista de Medellín. En 1988 fundó el colegio Euskadi en Envigado y Medellín, al tiempo se retiró de la vida religiosa para casarse y quedarse ejerciendo su vocación como educador.
16. JOSÉ JOAQUÍN ARTEAGA Y SAN JULIÁN. (Estella/Navarra 1878 – Frontino/Antioquia 1926). Fue Prefecto Apostólico de Urabá. Recorrió toda la zona de Urabá, por selvas, ríos, ayudando a los indígenas. Fue un abanderado de la construcción de la Carreta al Mar, pronunció en Medellín –en marzo de 1926– un discurso motivando la obra en el Teatro Junín, acto en el que fue aclamado como redentor de Antioquia. Sus restos reposan en el cementerio de este municipio. Trece días después de su muerte el 1° de junio de 1926, se inician en Medellín los trabajos de construcción de la carretera a Turbo.
17. Juan GURUCHAGA. Jesuita vasco quien figura como uno de los primeros rectores del Colegio San Ignacio de Loyola.
18. PRUDENCIO LLONA. (Munguía/Bizkaia). Fue profesor del colegio San Ignacio de Loyola en Medellín, gran intelectual e historiador, miembro fundador de la Academia Antioqueña de Historia.
19. MARÍA VICTORIA ARAMENDIA AZANZA. Pintora vasca nacida en Irún en 1924. En la década del 50 se vino a vivir a Medellín, murió allí en el año 2015. Fue directora del museo Santa Clara en Bogotá y presidenta de la Asociación nacional de museos.
Cierre
Es así como evidenciamos y reconocemos el gran legado de uno de los pueblos hermanos de los Antioqueños. Entender los personajes del pasado nos permite redimensionar el presente y dar sentido y valor a nuestro entorno.
Last Updated on May 2, 2020 by About Basque Country