Hacía mucho que no dedicábamos un espacio a nuestra sección “Mundo vasco“. Una sección en la que, entre otras cosas, contamos experiencias personales en lugares que nos parecen interesantes y recomendables.
Hoy le vamos a dedicar este espacio a un restaurante que nos ha fascinado, el Hamarratz. Este restaurante está situado en el barrio de Artadi de Zumaia, en un alto sobre el rió Urola.
Es sorprendente en todo, empezando por su ubicación, en un edificio que une, sin solución de continuidad, la iglesia parroquial, un frontón con tres paredes, un txoko y el propio restaurante. Todo ello, entorno y ubicación hacen de él un lugar sorprendente.
Lo que podría parecer la entrada a la zona de almacenaje, o el acceso a un txoko familiar, en una casa de pescadores de un impoluto blanco y azul, nos adentra en un restaurante en el que la zona de trabajo y preparación de alimentos ocupa más espacio que el comedor, y donde se combina con elegancia un ambiente tradicional envuelto en un estudiado toque de modernidad.
Por cierto en la zona de trabajo nos encontramos las cocinas, con unas parrillas «homéricas» y una «cocina económica», de donde salen platos en el que el producto no se embosca tras sabores extraños. Pero también es un auténtico laboratorio de experimentación, lleno de cámaras de curado o reposo, neveras, embutidores… donde mariscos, pescados y resto de productos del mar son tratados, investigados, analizados… con el objetivo de extraer todo su sabor en sus formatos tradicionales, o en otros nuevos y sorprendentes.
El restaurante es acogedor, y al repasar su carta, sorprendente. Una carta que va cambiando a lo largo del año, porque se adapta a la producción local. Merece la pena dar una vuelta por su huerto, que abastece a la cocina y está lleno de sorpresas.
Confesión, nos decidimos por pedir el menú-degustación, por eso de probar un poco de todo. Pero hicimos caso a la recomendación del personal de la casa, y nos dejamos guiar. Un acierto. Por cierto, los productos del mar que tienen un peso apabullante en la oferta de este restaurante.
No vamos a entrar en el detalle de lo que comimos porque, como comentábamos, la carta va cambiando. Pero sí parece que va a tener unas constantes. Uno de esos platos de continuidad estamos seguros de que va a ser el salchichón de pulpo. Sí, han leído bien, salchichón de pulpo. Nacido de ese laboratorio experimental. No lo van a poder comer en otro sitio. Y si nos preguntan cómo está, solo hay una cosa que parece superar a la originalidad del plato, su sabor. Está buenísimo.
Y como les contamos cómo iniciamos la comida, les contaremos cómo la acabamos. Con una crema de jugo de arroz. Un postre que descubrimos hace mucho tiempo de la mano de uno de los cocineros que trabajan en ese restaurante, Carlos Gulín, y del que somos adictos confesos.
Lo disfrutamos. Por el entorno, el restaurante, la carta y el personal. Un lugar para ir en pareja o en un pequeño grupo de amigos. dispuestos a disfrutar de una cocina tradicional a la vez que sorprendente.
No se arrepentirán. Seguro.
HAMARRATZ – JATETXEA
(0034) 633 646 086
[email protected]
Artadi Auzoa, 20750 Zumaia, Gipuzkoa
Instagram
Este artículo no es consecuencia de ningún acuerdo comercial con el restaurante, ni es una inserción publicitaria. Compartimos esta experiencia porque nos ha parecido interesante, porque trabajan recurriendo a productos del país, y porque se apoyan en pequeños productores con sistemas de producción sostenibles.
Last Updated on Sep 18, 2022 by About Basque Country