John R. Bopp es el responsable de la edición en inglés de este blog. Pero aparte de profesor de inglés y traductor, es un amante de Euskadi y un motero impenitente. Así que aprovechando estas dos últimas cualidades, le hemos convencido para que nos cuente sus viajes dentro de esta sección.
En esta primera ocasión nos presenta en su relato un viaje por Bizkaia donde combina combina ambas aficiones: Euskadi y la moto. Esperamos que disfruten de su relato tanto como nosotros.
Vuelta a Bizkaia en una Shadow
John R. Bopp
Corría mayo de 2020 cuando terminaba el período de confinamiento total y el gobierno empezaba a dejarnos movernos un poco, siempre que no saliéramos de la provincia. Siendo motero, ansiaba correr unos kilómetros en mi Shadow, a la que llamo Elizabeth, y empecé a buscar una ruta para ver hasta dónde podía llegar sin violar ninguna norma.
Madrugué mucho para salir de mi pueblo, Barakaldo, y me dirigí por la N-634 rumbo a Muskiz. La Margen Izquierda tiene sus encantos, pero el colmo para mí es Muskiz con sus barrios de Pobeña y La Arena, ambos con vistas alucinantes del Golfo de Bizkaia. El segundo tiene una playa que es un lugar fantástico para hacer surf. Pero, al no estar asfaltado hasta el borde del mar después de disfrutar del paisaje seguí mi periplo. Así que, evitando entrar en Cantabria que estaba a la vuelta de la esquina, me dirigí al suroeste, hacia las Encartaciones.
Enkarterri, es la zona occidental de Bizkaia al oeste de Bilbao, llena de pequeños pueblos rodeados de grandes montañas. Para llegar a esta zona de Bizkaia también crucé la llamada Zona Minera, a la que también pertenece Muskiz, importantísima durante la industrialización de Bizkaia de la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, ya que el hierro sacado de aquí era de muy alta calidad. Al principio, sólo se exportaba, principalmente a Gran Bretaña, pero entonces empezaban a construir fábricas a lo largo la Ría de Bilbao, y Bizkaia se convirtió en una capital mundial siderúrgica. Hoy, casi toda esa industria ha desaparecido (junta con la contaminación que provocaba), y las minas ya están agotadas, por lo que la zona ha recuperado su verdor.
Mientras disfrutaba con las curvas suaves y vistas excelentes con destino a Lanestosa, el municipio más occidental de Bizkaia y de todo el País Vasco, sólo por chiripa no entré en el enclave cántabro de Villaverde encajado en el corazón de Encartaciones. Como no tenía seguro si eso contaba como cruzar una frontera o no, decidí jugar sobre seguro y me cambié mi destino.
Y casi sin darme cuenta llegué a Balmaseda. Este pueblo fascinante, el más grande de las Enkarterri, era un centro de lo más importante en la Edad Media. Poblado desde tiempos inmemoriales, es un lugar de fácil defensa, gracias a los montes y el río Cadagua. Recibió el título de villa en en 1199 siendo la primera población de Bizkaia en recibir ese título. Tuvo una gran importancia importancia económica, ya que ea un punto clave en la carretera que conectaba Castilla con los puertos de Bizkaia. De hecho, cuando se fundó, se encontraba en Castilla, pero cambió de mano varias veces a lo largo de los siglos, dependiendo de quién se casaba con quién. Hoy, aún puedes disfrutar de vistas alucinantes, como el puente del siglo XIII, o la parroquia de San Severino, del siglo XIV.
Aunque que el pueblo hoy está bien comunicado con Bilbao gracias a la no muy vieja autovía del Cadagua, los moteros solemos evitar vías rápidas, así que yo fui hacia el sureste por las carreteras pequeñas, terminando en la BI-3254 antes de girar hacia la derecha en la N-240. No podía creer lo verde que estaba esta zona, y tuve que parar varias veces para hacer fotos.
Al final, logré pasar Otxandio y toparme directamente con la frontera con Araba antes de poder sacar buenas fotos del embalse Urrunaga, así que me di la vuelta, me encaminé hacia el noreste, y paré en Otxandio. Este pueblo del siglo XII también fue un importante lugar de comercio medieval, y siempre ha sido la entrada a Bizkaia desde el sur. En realidad, está en el cuenco del Ebro, lo que significa que está al otro lado de la divisoria que el resto de Bizkaia. Pero más me llamaba entrar en el parque natural Urkiola.
Así, yendo hacia el norte desde Otxandio por la N-623, uno llega directo a este espacio natural precioso. Establecido en el 1988, el parque abarca casi 60 km² e incluye el Anboto, con sus 1.331 m. Un lugar central en las historias, mitos, y leyendas de los vascos. Podría hablar todo el día de Mari, la diosa central de la religión vasca que habita en las cuevas del monte, y todas las historias que transcurren aquí, pero hay muchos más y mejores recursos para eso. En vez de eso, me centraré en la belleza del espacio. Me vi obligado a parar varias veces, porque tono azulado de las montañas al fondo y el verde de los árboles eran tan intensos que nunca dejaban de quitarme el aliento.
De mis muchas fotos favoritas, la que tiene el Mugarra en el fondo en medio creo que muestra todo eso muy bien. Otra vez, voy en moto, así que no puedo quitar el asfalto de la imagen, pero la alternativa, hacer footing hasta la cima, ¡no es lo mío! Pero, por lo que he visto, los caminos y senderos son muy dignos de explorar del todo, siempre que no quieras que un motor de 750 cc haga el trabajo por ti.
Tras cruzar Durango, sí que logré una última foto del parque, con el Mugarra hacia la derecha esta vez.
Después de cruzar debajo de la autopista, seguí hacia el norte por la BI-633. Aunque ya no estaba en el parque Urkiola, la zona de los montes de Mallabia no era menos bonita.
Reposté en Markina y dirigiéndome al norte, casi sin darme cuenta me topé otra vez con el Golfo de Bizkaia. Por supuesto quería ir hacia el este, pero una vez más casi crucé la frontera, ya que Gipuzkoa está ahí mismo. ¡No crucé por los pelos! Parando para dar la vuelta, sí que me permití sacar una foto de la playa Saturraran. Puede que esté en Gipuzkoa, pero yo no salí de Bizkaia, ¡así que está bien!
Ondarroa es la puerta de entrada a Bizkaia desde el este, y fue el lugar perfecto para comer mientras observaba el mar. Este pueblo recibió el título de villa en 1327, y tuvo los derechos exclusivos del puente que cruzaba el río Artibai. Hoy, tiene una playa y un puerto excelentes, y es un buen lugar para descansar. Y justo a cada extremo de la ciudad hay miradores para disfrutar con las vistas del pueblo y del mar.
Siguiendo hacia el oeste por la BI-3438 pegado a la costa, llegué a Lekeitio, un pueblo que fue recibió el fuero de villa en 1325 y que tiene una rivalidad con Ondarroa que data de antes de que siquiera se fundaron. Siendo también un puerto de pesca y caza de ballenas, los problemas legales (y peores) con Ondarroa eran frecuentes hasta la edad moderna: ¡una de las demandas tardó un siglo en resolverse! Parece que las cosas ya están más tranquilas, y pude sacar una buenísima foto de la basílica lequeitiana del siglo XV. Dentro, tiene un altar que merece la pena verse.
Al salir de Lekeitio, la BI-2328 se dirige tierra adentro, volviendo por las carreteras montañosas sinuosas con esos paisajes de gran verdor que no paran nunca.
Tuve que parar un momento en Ispaster. Algo me llamó poderosamente la atención. Este pueblo del siglo XII también era rival de Lekeitio en su momento, pero al estar lejos del mar, su economía dependía menos de la pesca. Pero para mí, era chocante ver, en la plaza delante de la iglesia, ¡un árbol grande, no, lo siguiente!
Ya empezaba a notar que el día se me iba acabando, así que lamentablemente no paré en Ea y Elantxobe porque quería entrar en Reserva de la Biosfera del Urdaibai. Este parque simplemente alucinante se estableció en el 1984, y justo a tiempo, ya que había planes de convertir toda la desembocadura en un centro turístico. Afortunadamente, se ha conservado tal cual, y hay varios pueblos pequeños que merecen visitar. Para el motorista, las vistas son fenomenales, así que no olvides prestarle atención a la carretera. Me costó mucho tiempo llegar hasta Gernika, donde se encuentra el primer puente sobre el Urdaibai, ya que no podía dejar de parar para hacer fotos de las vistas siempre cambiantes.
Una de estas vistas resulta que no es natural, sin embargo. A medio camino entre la playa Laida y Gernika, uno se encuentra con la torre Arteaga. Aunque parezca un castillo medieval, su lugar en el fondo del valle no es muy estratégico, y ésa es la primera pista de que es más moderna: en realidad, ¡las obras no empezaron hasta el 1859! Hoy, es un hotel de lujo, pero aún así ¡se sacan muy buenas fotos!
Insisto, me quedaba sin luz, así que no pasé tiempo en Gernika, y elegí una ruta más directa para casa, evitando la costa y perdiéndome Bermeo y Bakio, y la fabulosa San Juan de Gaztelugatxe. Menos mal que yo había estado ahí unos meses antes. Pero sí que decidí hacer una última parada antes de volver al garaje, en el puente de Bizkaia, o puente Colgante sobre el Nervión entre Las Arenas y Portugalete. Sé que es lejos de ser la primera vez que saco fotos de este puente, pero este Sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO no es solamente bello, sino también una práctica forma para volver a “mi” lado del río! Con el sol poniéndose detrás del Serantes (de una forma tan espectacular que se me olvidó hacer fotos hasta que ya había pasado lo mejor), arranqué a Elizabeth y me fui para casa.
Last Updated on Dic 28, 2021 by About Basque Country