Saben nuestros lectores habituales que los que escribimos este blog tenemos un enorme cariño y admiración hacia los Padres Pasionistas que se instalaron en Euskadi y a los que, desde aquí, salieron a desarrollar, por mas de 100 años, una ingente labor social, y religiosa, en la Amazonía peruana.
Reconocemos que ese sentimiento nace de las actitudes y el compromiso que esta orden religiosa mantuvo con los perseguidos por el franquismo en los más duros años de la postguerra. Una labor que algunas de nuestras familias conocieron muy directamente.
Gracias a este blog, y a nuestra relación con la Hermandad de Nuestra señora de Aránzazu de Lima – Limako Arantzazu Euzko Etxea (muy vinculada a la labor de estos Pasionistas en Perú), hemos ido descubriendo partes de esta fundamental labor que estos vascos y misioneros, han realizado desde que, en 1913, llegaran a aquella parte del Amazonas los 12 primeros misioneros vascos.
Hemos ido contado en varios artículos algunos apuntes de su increíble labor en aquellas tierras. Así como la profunda transformación que tuvieron cuando, tras ir allí convencidos de que su misión era «salvar almas», comprendieron que las almas no se salvan sin luchar por la dignidad y el respeto de las personas.
Apenas ocho años después de su llegada a la selva, el 27 de febrero de 1921, el Papa Benedicto XV, creó la Prefectura Apostólica San Gabriel de la Dolorosa del Marañón, que ahora es conocida como el Vicariato Apostólico de Yurimaguas . Y encargó su atención y cuidado a los pasionistas vascos.
Desde su inicio, los responsables del Vicariato han sido vascos, así como el núcleo de los pasionistas que allí han trabajado:
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- Atanasio Celestino Jáuregui y Goiri, C.P. † (1921 – 1957)
- Gregorio Elias Olazar Muruaga, C.P. † ( 1957 – 1972)
- Miguel Irízar Campos, C.P. † (1972 – 1989) (luego Obispo del Callao)
- José Luis Astigarraga Lizarralde, C.P. † ( 1991 – 2017)
En la actualidad a su cabeza está Jesús María Aristín, al que hemos tenido la fortuna de entrevistar.
Como decimos en febrero del 2021 se celebrarán los 100 años de la puesta en marcha de esta obra extraordinaria encargada a los vascos, y que con tanto éxito han liderado. Nosotros vamos a seguir con atención todos los actos que se realicen para conmemorar esta efeméride.
En esta entrada vamos a ir recogiendo los boletines que desde el Vicariato se van a ir editando un boletín que tiene como objetivo ir contando estos cien años de historia y de servicio a los pueblos amazónicos.
No es la primera vez que lo decimos: la diáspora vasca y su papel en el mundo es una parte fundamental, vertebral, de la historia de nuestra nación, y dentro de ella, una de las partes menos conocidas, a pesar de su importancia capital, es la que realizaron las religiosas y religiosos vascos en las peores condiciones.
Difundimos esta extraordinaria historia, convencidos de la enorme importancia de la labor realizada por estos vascos, y preocupados porque este centenario no tenga la repercusión que en justicia se merece.
Boletines
Actualización 6 de mayo de 2020
Mayo. Dos fechas para el recuerdo
El 4 de mayo de 1940 nacía José Luis Astigarraga Lizarralde. Lo hacía en Azkoitia, un municipio gipuzkoano, donde el euskera era la lengua de uso común, y que está situado a unos 2 km. del Santuario de Loyola y a poco más de 40 km del Santuario de Nuestra Señora de Aranzazu.
El 7 de mayo de 1934 nacía Miguel Irizar Campos. Lo hizo en Ormaiztegi, Gipuzkoa, donde la lengua común era el euskera, y que está situado a 30 km del Santuario de Aranzazu.
Ambos fueron Padres Pasionistas y obispos en el Vicariato apostólico de Yutimaguas, donde los pasionistas vascos llevan realzando una extraordinaria labor durante más de un siglo.
En esta ocasión vamos a recordar la figura de José Luis Astigarraga Lizarralde, que fue protagonista de una de las acciones más simbólicas de las celebraciones del 400 aniversario de la constitución de la Hermandad de Nuestra Señora de Aranzazu de Lima.
Desde joven sintió la llamada de la vocación religiosa, que le llevó a iniciar su formación religiosa en el seminario diocesano y a ingresar en la Congregación de la Pasión.
Decidió formar parte del ingente grupo de misioneras y misioneros vascos que, desde hace siglos, llevan su vocación misionera a lo largo del mundo. Su destino fue el que tomaron los pasionistas vascos desde 1913: la Amazonía peruana.
José Luis Astigarraga C.P. se sumó al resto de pasionistas, en su mayoría vascos, que estaban, y están, realizando una ingente labor misionera, social y educativa, en aquella parte del mundo.
En 1991 el Papa Juan Pablo II le nombró vicario apostólico del Vicariato de Yurimaguas. Que está a punto de cumplir 100 años de existencia y que desde su creación por Benedicto XV en 1921, siempre ha tenido un obispo vasco y pasionista.
Incluso su consagración episcopal fue «cosa de vascos», porque en la misma junto al nuncio apostólico monseñor Luigi Dossena, participaron como o co-consagrantes dos pasionistas vascos, el prelado de Moyobamba, monseñor Venancio Celestino Orbe Uriarte, y el obispo emérito del Callao, monseñor Miguel Irízar Campos.
En los actos de conmemoración de los 400 años de la Hermandad de Nuestra Señora de Aranzazu en Lima, fundada por los «miembros de la nación vascongada» en aquella ciudad en 1612, la reproducción de la imagen de Nuestra Señora en Aranzazu, se trajo desde Yurimaguas a Lima para que presidiera esos actos de conmemoración de la Hermandad.
Esta figura de la Andra Mari de Aranzazu tenía una historia muy especial, pues había acompañado, desde 1969, a Antonio María Artola C.P., en su vida como estudioso, investigador y profesor. Viajó desde Aranzazu a Jerusalén, Roma, Bilbao, y Lima. Tras su llegada a Perú, el padre Artola se la entregó al obispo de Yurimaguas para que los acompañara en la misión de los pasionistas.
En su viaje de vuelta desde Yurimaguas a Lima, la figura de la Virgen viajó envuelta en una Ikurriña, entregada por la Euzko Etxea de Santiago de Chile, otro lugar donde hubo una Cofradía de Aranzazu. Esta figura de la Andra Mari, viajará a México para acompañar a los herederos de la Cofradia de Nuestra Señora de Aranzazu de México en los 350 años de su fundación. Iniciando un periplo en el que se intentará que esta imagen recorra todos los lugares donde hubo un hermandad o cofradía vasca de Aranzazu.
Esta presencia de la Andra Mari, fue uno de los actos de homenaje a los vascos que durante esos 400 años guardaron la esencia de «lo vasco» en aquella parte del mundo. También se plantó un retoño del Árbol Sagrado de los vascos, el Árbol de Gernika, llevado a Lima por los representantes de la Euzko Etxea de Santiago de Chile; y se realizaron diferentes conferencias y jornadas sobre la Hermandad.
El propio obispo José Luis Astigarraga autorizó la reedición de la Novena que la hermandad dedicó a Nuestra Señora de Aranzazu en el siglo XIX.
La figura de José Luis Astigarraga alimentó, durante toda su vida en Perú, la mejor parte de la herencia de los vascos en aquella parte del mundo. Un modelo y un referente para todos.
Last Updated on Feb 27, 2021 by About Basque Country