Ohio, en influencia vasca, está muy lejos de los estados del oeste de los USA donde la población de origen y cultura vasca tiene mayor presencia y un impacto social y comunitario evidente. Pero, a pesar de ello, es un estado al que nos hemos referido en unas cuantas ocasiones.
Lo hemos hecho, por ejemplo, para dar la bienvenida a un músico de blues, Patrick Rynn, nacido en ese estado. Pero sobre todo nos hemos referido a Ohio para hablar de economía y más en concreto al interés mostrado por el sistema cooperativo vasco como modelo para el desarrollo de cooperativas en aquella parte de los USA (aquí y aquí).
Hoy volvemos a hablar de este mismo tema, del «modelo cooperativo vasco» como referente. Cinnamon Janzer publica en la web de Next City un artículo sobre la visita de una delegación a Euzkadi de Co-op Cincy, una incubadora de cooperativas sindicales sin fines de lucro fundada en 2011 en la zona de Cincinnati. Un artículo que se une a la ya larga lista de referencias sobre este tema recogidas en nuestro blog.
Para Co-op Cincy el grupo cooperativo Mondragon es el modelo y la referencia. Lo es de una forma tan evidente que aparece citado en la sección donde se cuenta la historia de esta organización y sus principales características (traducción automática).
«Co-op Cincy believes the answer lies in the success of Spain’s Mondragon, the largest cooperative network in the world. Mondragon’s durable business model is the foundation for our efforts to create competitive enterprises, foster social and economic justice, and empower worker dignity by creating jobs accountable to workers and communities.»
(Co-op Cincy cree que la respuesta está en el éxito de Mondragón de España, la red cooperativa más grande del mundo. El modelo de negocio duradero de Mondragón es la base de nuestros esfuerzos para crear empresas competitivas, fomentar la justicia social y económica y empoderar la dignidad de los trabajadores mediante la creación de puestos de trabajo que rindan cuentas a los trabajadores y las comunidades.)
Tanto en el artículo de Next City como en el texto de presentación de Co-op Cincy, pensamos que han obviado, o minimizado, un asunto que nos parece esencial: el carácter profundamente vasco de este movimiento cooperativo. No es una casualidad que haya arraigado y triunfado de una manera tan importante en nuestro país, mientras que en otros lugares el desarrollo siempre ha sido más complejo y dificultoso. Como decimos no es un elemento menor y aquellos que visitan nuestro país para conocer el sistema cooperativo que tan fuerte ha arraigado entre nosotros, debería ser muy consciente de que es parte de su «ADN».
Para entender ese elemento primordial, recomendamos leer el artículo firmado por Nick Romeo de la revista New Yorker. En él se recoge muy bien por qué este modelo cooperativo casa tan bien con la forma de ser de los vascos.
Nosotros deseamos que los proyectos cooperativos que se desarrollan a lo largo del mundo tengan tanto éxito como el modelo cooperativo vasco. Después de todo, se trata de un modelo económico que representa los mejores principios de la justicia social, el acceso de los trabajadores a la gestión de los medios de producción, alimenta la responsabilidad de los socios-trabajadores para con la marcha de la empresa, impulsa la democracia tanto en la empresa como en su entorno social, colabora con la equidad evitando que los beneficios se acumulen en unas pocas manos y refuerza la solidaridad tanto entre los trabajadores como entre las cooperativas.
Un modelo, que al revés de lo que se escucha desde ciertos ámbitos de forma recurrente, está muy lejos (en las antípodas) de ser un «modelo comunista». Ver el modelo cooperativo como eso, como «comunista», sólo es una consecuencia de la incomprensión y del desconocimiento de lo que son las cooperativas. Además, claro está, de demostrar el interés de que mantienen ciertos grupos de que la riqueza se acumule en unas pocas manos.
Next City – 21/6/2023 – USA
What Ohio’s Co-op Evangelists Learned From Spain’s Thriving Union Co-op Network
or his 91st birthday three years ago, Bob Moore, the namesake behind the ubiquitous Bob’s Red Mill Natural Foods brand, surprised his employees during a celebration of his 91st birthday. He unveiled an Employee Stock Ownership Plan that, as of April that year, turned his roughly 600 employees into co-op owners of a company that generated more than $50 million in annual sales in 2018.